jueves, agosto 26, 2010

....Una Foto... Capítulo 23: Otro Año Termina

La última mañana del año Darío decidió visitar por primera vez el cementerio donde descansaban los restos de Corina. Al enterarse del plan de su amigo, Sofía y Andrea decidieron acompañarlo.

La mañana estaba helada, parecía que después de tantos años volvería a nevar en la ciudad. A las 10 de la mañana en punto los tres amigos se encontraron en el Café de la Plaza, bebieron una taza de café caliente y después de una plática de como habían pasado Nochebuena salieron de la cafetería para dirigirse al cementerio que quedaba a fueras de la ciudad.

Con guantes en manos, abrigos, chamarras y gorros, los tres amigos subieron al auto de Sofía. La amena plática que había comenzado en la cafetería continuaba y aligeraba el largo y transitado camino. -Gracias por acompañarme, honestamente no quería hacer este viaje solo- dijo Darío mientras calentaba sus manos frotándolas una con otra. -Sabes que para eso estamos- respondió Andrea a su amigo.

-¿Saben? Tiene mucho que no cantamos a todo pulmón, como antes, cuando no vivíamos juntos y salíamos a divertirnos, recuerdo que cantábamos pésimo, pero era bastante divertido- dijo Sofía a sus amigos mientras conducía. Darío, quien iba de copiloto, subió el volumen de la música. -Creo que yo también extraño eso de cantar estridentemente ¿Listas?- dijo el chico a sus amigas mientras subía el volumen un poco más.

Los tres chicos comenzaron a cantar sin temor a que alguien los viera o escuchara, simplemente disfrutaban y se divertían. Darío, como de costumbre, cargaba con su cámara fotográfica. El chico comenzó a fotografiar a sus amigas mientras cantaban, también se fotografiaba a el mismo y a los tres juntos.


Pronto llegaron al cementerio, era un lugar hermoso y lleno de paz. Un inmenso y quieto jardín con pequeñas e idénticas lápidas blancas. El sol se asomaba débilmente entre las nubes e iluminaba el verde césped. Definitivamente era un lugar de descanso eterno donde lo único que se escuchaba era el silencio. Los chicos caminaron hasta encontrar la lápida de Corina.






Darío llevaba en sus manos un ramo de coloridas flores, las acomodó en la tumba y se quedó observándolas por un par de minutos. Sus amigas se encontraban paradas detrás de él. El chico suspiró y comenzó a hablar dirigiéndose al sepulcro. -Aun no entiendo porque sucedieron así las cosas, lo único que sé es que mi amor por ti será eterno, una vez te dije que no creía en las almas gemelas, y aquí estoy a casi dos meses de tu muerte recordando lo equivocado que estaba, sabes que tu eres y serás la otra parte de mi. Te amo y te extraño. Por Siempremente Corina... Por Siempremente...- y diciendo esto Darío beso su mano y rozó su palma en la lápida. Segundos después comenzó a llorar. Sus amigas lo abrazaron y lo consolaron.

Darío siguió mirando el lugar donde reposaban los restos de Corina, por su mente pasaban todos y cada uno de los momentos que había vivido con ella. Sabía que ahora debía seguir adelante, tenía toda una vida por vivir y quería ser feliz. Sin que su amigo se percatara Andrea y Sofía regresaron al auto. Darío seguía recordando, aun podía sentir sus besos, su cabello, aun podía oler su aroma. Estaba consciente que no sería fácil. Pero estaba ahí para prometerse y prometerle al amor de su vida que sería feliz y que pasara lo que pasara él la amaría hasta que también partiera de este mundo.

-Darío, debemos irnos, se avecina una tormenta- dijo Sofía a su amigo. Andrea sostenía en su mano tres globos flotantes. -Antes irnos queremos que tomes este globo y sigas las instrucciones que te daremos- dijo Andrea a su amigo.

-Otro año termina, y con el se van muchísimas cosas, este globo representa lo que queremos que se vaya con el año que está por terminar para así seguir adelante- explicó Sofía a Darío. -Así que piensa que es lo que quieres que se vaya, y cuando estés listo deja ir tu globo- completó Andrea.

Sofía pensó en Héctor, en la culpabilidad que sentía por no haber aprendido a quererlo. Y pensaba en Fausto, en lo mal que habían iniciado y en los sentimientos que el joven provocaba en ella. Sofía soltó el cordón y dejó ir su globo.

Andrea pensó en su miedo y su inseguridad al cantar, en sus temores por comenzar una nueva vida, en el adiós de Luis Alcázar, en su distanciamiento con Sofía y Darío y en el rompimiento con Daniel. Con esperanza y determinación el globo de Andrea comenzó a elevarse por los aires.

Darío pensó en Bianca, en su bebé. Pensó en Isabella y en los celos que sentía cuando la veía con otro chico y en lo estúpido que ahora se sentía po ello, recordó su  libreta perdida. Pensó en el día que casi se inscribe al taller de Periodismo. En el día que conocío a Corina, en su festejo de primer mes de novios, en la promesa que le había hecho. Finalmente pensó en el terremoto, en la televisión de la clínica, en el mensaje que su novia le había mandado minutos antes de morir. Pensó que no quería olvidar a Corina, que la guardaría en un lugar muy especial en su mente y en su corazón. Mirando al cielo y pensando en su alma gemela, Darío abrió suavemente su mano y dejó ir el globo, ese globo que se llevaba toda la desgracia, toda la tristeza, toda la melancolía, dejando en el chico los más felices y emotivos recuerdos de ese año.


El chico soltó una última lágrima y tomando a Sofía y a Andrea de las manos esperaron a que los tres globos desaparecieran de su vista perdiéndose en el infinito cielo.

Otro Año Termina y se van con el muchas vivencias , fortunas, tragedias, aciertos, errores, alegrías, tristezas. Lo importante es aprender de lo peor y recordar sólo lo mejor y tomarlo como inspiración para seguir adelante en el año que comienza... Esperen pronto el capítulo 24...

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