martes, agosto 10, 2010

...Una Foto... Capítulo 14: Una Cita Definitivamente Inesperada

Darío vistió su suéter de rayas favorito, usó su loción favorita (La cual solo usaba en ocasiones especiales) y peinó su enmarañado cabello hasta que quedó completamente ordenado. En un par de horas vería a Isabella, intentaría una vez más acercarse a la chica que ocupaba su corazón...

-Que te vaya muy bien- dijo Sofía despidiendo a su amigo. -Pase lo que pase sigue a tu corazón ¡Suerte!- le dijo Flora al chico.

El Café de la Plaza era una cafetería muy concurrida, donde tenían lugar románticas pláticas de enamorados, divertidas conversaciones entre amigos y encuentros con tranquila música, un buen libro y un delicioso café...

Darío tomó asiento en un sillón para dos, había llegado temprano (cosa rara en él, puesto que se caracterizaba por llegar tarde a todos lados). En la mesita de centro se encontraba el periódico del día, el chico lo tomó y comenzó a leerlo en lo que Isabella aparecía por la puerta. Leía pero no lo hacía. Pensaba en que le diría a la chica en cuanto entrara en la cafetería, dudaba aun si hubiera sido correcto comprarle un ramo de rosas. Creyó que había sido mejor no haberlo hecho.

Medio leyó una noticia acerca de un hallazgo científico en el sur de África. "Por favor, en estos momentos no me importa que pasa con la ciencia africana". Pensó el chico para sus adentros, y así cerró el periódico y esperó a que llegara el gran momento...

...12:15...


...12:30...


...13:00...

A las dos de la tarde y con las esperanzas rotas el chico decidió marcharse; pidió una taza de café caliente, no planeaba marcharse sin haber consumido; al momento que pedía al camarero su bebida, recibió un mensaje de texto:

 "Darío, perdóname por favor, tengo que acompañar a mi papá fuera de la ciudad, lo siento muchísimo. Un Beso. Isabella"

La mente de Darío estaba en blanco, mejor dicho en negro, se quedó mudo, sordo, ciego, pagó la taza de café y ni siquiera bebió un trago, aventó el periódico al suelo y salió de la cafetería caminando rápidamente. Chocaba con la gente, no ponía atención por donde caminaba, el mensaje se repetía una y otra vez en su mente, era en lo único que pensaba; una vez más lo había hecho, había creído en ella, "Soy un estúpido, un imbécil" se decía a si mismo.

Sus acelerados pasos lo llevaron a al centro comercial, el cual se encontraba a algunas calles de la cafetería. Decidió entrar para tratar de distraerse, aunque la rabia, la desilusión y el mensaje de Isabella no lograban desaparecer de su mente. No veía los aparadores, no veía a las personas. "Si, entraré a la tienda de discos, eso me tranquilizará" pensó el chico y así, se dirigió a la tienda de discos.

Como era costumbre, el establecimiento se encontraba abarrotado; encontró una portada de disco llamativa y tomó la caja para leer las canciones que este contenía. "No puede ser, la vida se empeña en que te recuerde Isabella" dijo el chico mientras leía la lista de canciones, de las cuales, al menos dos le recordaban a Isabella.




-¿Quién es Isabella?- preguntó una voz conocida a espaldas de Darío. Era ella, con su hermosa cabellera y sus sensuales labios; Corina.

-¡Corina! Que sorpresa encontrarte por aquí, no me hagas caso, simplemente pensaba en voz alta- dijo Darío excusándose por lo que acababa de decir. Los chicos siguieron caminando por la abarrotada tienda de discos mientras platicaban de sus artistas favoritos. - Yo amo el hip hop- dijo la chica. -Que interesante, no es muy común encontrarse una chica a quien le guste ese género.- respondió Darío. Al recorrer el último pasillo de la tienda los dos chicos prestaron especial atención hacia el mismo disco a la vez. Era el nuevo álbum de un dúo de hermanos que se hacían llamar "Los Hermanos del Rock"; cuando los chicos trataron de tomarlo sus manos se rozaron levemente. Tras un par de segundos en el que los chicos se miraron por tal acción Corina dijo. - No lo puedo creer, ¿Te gustan los hermanos del rock?-
- Por supuesto soy su gran admirador, y por lo visto creo que tu también, vaya coincidencia- respondió Darío. Ambos chicos compraron el disco y se dirigieron a la heladería del centro comercial.



Cuando llegaron a la heladería se acercaron a la barra y pidieron sus helados. -Chocolate Moka- dijeron los dos chicos a la vez se miraron y rieron. - Es mi helado favorito- dijo Darío.-¿Estás bromeando? el mío también, que gracioso- respondió la chica soltando una nerviosa risita y  realmente sorprendida por tanta coincidencia.



La tarde pasó volando, los chicos platicaron por horas, realmente congeniaban muy bien, había una espectacular química entre ellos. -Así que tu cita te plantó y yo salvé tu día- dijo Corina al chico.
- Así es, y de verdad te agradezco, la estoy pasando magnífico, no podría tener mejor compañía que la tuya. Gracias- dijo Darío acercándose a Corina quien respondió.-Gracias a tí por esta tarde tan agradable, Cielo-. Darío estaba mudo, Corina lo había llamado "Cielo", algo que ni sus contadas novias habían hecho.

El rostro de Darío se encontraba a escasos centímetros del bello rostro de Corina, realmente feliz por haberla conocido; entró como en un trance, del cual despertó hasta que Corina le dijo. -¡Hey! Tengo que irme, te anoto en este papel mi correo electrónico y mi teléfono por si quieres contactarme antes del martes- mientras la chica anotaba sus datos en un trozo de papel, Darío intervino atónito a lo que estaba viendo. -No puede ser, ¡Eres Zurda! ¡Cómo Yo! Son tantas coincidencias que siento que conocerte no es una coincidencia-

-Corina- dijo el chico acercándose cada vez más a esos gruesos labios que lo volvían loco -Corina, tu... me fascinas- y diciendo el chico estás palabras lo definitivamente inesperado ocurrió, rodeados de personas comiendo helado, Corina y Darío se dieron su primer beso ... Esperen Pronto el capítulo 15...

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