viernes, diciembre 31, 2010

Memorias de Portarretrato... Capítulo 2: Tiempo.

Es curioso esto de el tiempo... las manecillas inmortales avanzan al compás de los segundos... Las vidas de las personas cambian al compás de las manecillas... un minuto, una hora, un día, una semana, un mes, un año... 18 años... el tiempo, hace la diferencia...

Eva acababa de despertar, a pesar del tiempo seguía idéntica, era una bella mujer, de fuerte carácter y explosiva personalidad. Cuando conoció a Darío jamás pensó que sería su esposa, curiosamente, cuando se convirtió en su esposa, jamás pensó que se separarían. Pero así era ahora, tenían dos hijos en común, pero cada uno seguía su camino por separado. Se dirigió a la cocina y sirvió dos tazas de café, hacía mucho que no tenía una noche como esa. Su cabeza punzaba fuertemente. Había bebido mucho alcohol. Iba de regreso a su habitación cuando reaccionó, ese día regresaban sus hijos de sus vacaciones con su padre. El reloj marcaba las 10 de la mañana, el avión de los chicos estaba planeado llegara 2 horas antes. "Por favor que se haya retrasado" pensó Eva mientras corría a su habitación. Despertó al hombre que dormía semidesnudo en su cama, aquella cama donde alguna vez durmió Darío. -Patrick, tienes que irte, debo ir a buscar a mis hijos al aeropuerto, su vuelo llegó hace casi dos horas- dijo Eva mientras se vestía rápidamente. -No te preocupes Eva, los vuelos siempre se retrasan- dijo Patrick mientras buscaba su ropa en el suelo, tenía un peculiar acento, sus rasgos europeos eran evidentes pero dominaba perfecto el idioma español. -Puede ser Patrick pero tal vez no tengo tanta suerte, debo irme ¡Vamos!- dijo Eva empujando a Patrick a la puerta mientras él apenas se abotonaba la camisa.

Justo cuando Eva abrió la puerta llegaron Ricardo y Leonel, con sus maletas, en un taxi. Los chicos bajaron y se sorprendieron al encontrar a un hombre con la camisa medio abotonada en su casa.

-¡Quién es usted!- gritó Ricardo a Patrick bastante enojado. -Déjame presentar...- Ricardo no permitió que Patrick dejara de hablar y gritó -pensándolo bien, no me interesa ¡LARGO!-

Eva incitó a Patrick a salir de la casa prometiéndole le llamaría después. El silencio fue el único protagonista por varios minutos. -Es Patrick, nos conocemos hace un año, anoche me propuso matrimonio...- dijo Eva quien se vio interrumpida por Ricardo. -Perfecto, espero que esa boda sea muy pronto, ya no me sentiré culpable si te dejo para vivir con mi papá- dijo el chico mientras subía las escaleras rojo de ira, enojado con su madre. Eva lo siguió, tocó la puerta de su habitación. Ricardo no contestó...

Para sorpresa de Luis y Andrea su hija Aurora estaba muy deprimida. Casi no salía de su habitación y no comía. Era extraño ver a la chica así, tan triste y silenciosa. Una tarde, Luis entró a la habitación de Aurora, quien estaba acostada, escuchando música. -Aurora ¿Podemos hablar?- dijo Luis mientras bajaba el sonido de la música. -¿Qué pasa?- dijo la chica molesta. -Se que estás enfadada, eres una triunfadora, y como tal, generalmente las cosas salen como deseas. Pero ahora no fue así- dijo Luis a Aurora en tono comprensivo. -Papá, no es momento de una plática motivacional- dijo Aurora levantándose de la cama.-No vengo a motivarte. Aurora, quiero ayudarte, quiero que seas feliz, estudiando donde quieres. No va a ser sencillo, y tendrás que buscar un trabajo, yo utilizaré algunos ahorros y podrás entrar a la academia- dijo Luis esperando que a Aurora le agradara la idea. -Gracias papá, te amo- dijo la chica abrazando a Luis fuertemente...

La nueva oficina de Sofía estaba abarrotada de papeles y pendientes por terminar. Las cosas aun no tomaban su curso, aun se sentía la ausencia de Franco. Sofía aun dudaba si había tomado la decisión correcta, dudaba si debía estar al lado de Franco, en casa. Su computadora la despertó de aquellos pensamientos notificándole que acababa de recibir un correo electrónico, era de su hija Carolina, éste decía:

"Mamá:

Cada vez que hay una noticia importante en la familia, organizas un exquisito almuerzo el domingo por la mañana.

Me encantaría dar la noticia de mi compromiso este sábado, se que estás muy ocupada, por eso decidí decírtelo por este medio, espero me puedas ayudar a preparar ese delicioso pastel que le encanta a mi papá. Puedes invitar a la abuela.

Estoy muy contenta mamá,

te quiere Carolina."

Con tanto trabajo Sofía casi olvidaba que su hija pronto se casaría. Aunque la noticia no le molestaba, aun no la asimilaba. Tenía un presentimiento de madre. Tomó su teléfono móvil y llamó a Flora.

-Flora habla Sofía, quiero verte, ¿Puedes hoy a las 7 en el café de la Plaza?- dijo Sofía al teléfono. -Claro que puedo, pero dime, ¿Qué es tan urgente?- preguntó Flora desconcertada por la llamada. -Sucede que tu hijo le propuso matrimonio a mi hija. Te veo en un rato- dijo Sofía terminando la llamada.

Esa misma tarde Andrea limpiaba las gavetas de su buró. Había montones de papeles ahí. Casualmente, encontró unos análisis de laboratorio. Los leyó detenidamente y los apretó fuertemente en su mano. Salió rápidamente de la habitación y corrió al estudio, donde se encontraba Luis trabajando. -¿Me puedes decir por qué guardas esto?- preguntó Andrea exaltada. -Andrea, son sólo unos análisis- dijo Luis tratando de tranquilizarla. -Unos análisis que indican que eres estéril ¿Qué pasaría si Aurora los encuentra?- dijo Andrea aun nerviosa. -Tienes razón, perdóname, no pensé en ello- se disculpó Luis. -Tenemos que deshacernos de esto- dijo Andrea arrugando aun más los análisis. -Si es lo que quieres, adelante, pero no podemos ocultarle la verdad a Aurora por siempre, algún día tiene que saber quien es su padre- dijo Luis a Andrea abrazándola suavemente. -Pero Luis... Tú... Tu eres su único padre- dijo Andrea mostrando debilidad en su voz. -Yo sé que para ti así es. Pero ella tiene derecho a conocer a su padre biológico, y él tiene derecho a saber que tiene una hija- dijo Luis en tono comprensivo. -Aun no estoy lista para la verdad- dijo Andrea mientras abrazaba fuertemente a Luis...

Flora llegó puntual al Café de la Plaza, sabía que Sofía estaba preocupada, lo notaba en el tono de su voz. Tenían años de conocerse, desde la universidad para ser precisos. Flora se casó con Paulo, y su matrimonio dio dos hermosos frutos, Greta y Alberto, quien era novio, ahora prometido de Carolina.
- Perdón por llegar tarde, estos días he tenido muchos pendientes en la agencia- dijo Sofía cuando llegó a la cafetería, media hora después de lo acordado.
-No te preocupes Sofía, mejor cuéntame ¿Qué sucede?- dijo Flora tan dulce como siempre. - La noticia me cayó como balde de agua helada. Carolina, mi hija, casada tan joven, no me lo esperaba, ¿Tu lo sabías verdad Flora?- dijo Sofía sincerándose. -Alberto me cuenta todo y entiendo como te sientes, pero conozco a mi hijo, se que está enamorado, se también que hará muy feliz a tu hija, y tu sabes más que nadie que cuando uno está enamorado hace hasta lo imposible por estar al lado de su amor- dijo Flora en un tono amigable. Flora siempre tenía las palabras ideales para alentar a sus amigos. -Son tan sólo unos niños ¿Y si su matrimonio no funciona?- dijo Sofía en un tono resignado. -Es un riesgo que ellos deben tomar, tienen que vivirlo para saberlo, lo importante es que ahora se aman, Alberto ama mucho a Carolina, créeme, sino no hubiera dado este paso- dijo Flora a su amiga en tono amigable. -Tengo un mal presentimiento- confesó Sofía a Flora. -Lo que tenga que pasar pasará, disfruta a tu hija en esta etapa de preparativos y no pienses en cosas negativas- recomendó Flora a su amiga...

Después de una hora, Flora y Sofía salieron del café. Cuando Flora llegó a casa la recibió Alberto con muchas preguntas. -Mamá, me dijo Greta que fuiste a ver a la señora Sofía, ¿Qué quería? ¿Hablaron de mí? ¿Le dijiste la verdad?- preguntó el chico bastante nervioso. -Calma Alberto, calma. Quería saber que pensaba de la boda, por supuesto le dije que la aprobaba. Si, hablamos de ti y de tus buenas intenciones con Caro. Y no, te hice una promesa y no le dije la verdad a Sofía, pero espero Carolina lo haga pronto- explicó Flora a su hijo. -Gracias Mamá, acabo de hablar con Carolina y ya se decidió, le dirá todo a sus padres el domingo- explicó Alberto a su madre. -Buena decisión, la verdad siempre sale a la luz, es mejor que lo sepan por ella y no por el tiempo- dijo Flora a su hijo mientras le acariciaba la mejilla...

Ricardo aun seguía muy enfadado con su madre. Con quien no había hablado desde en la mañana. El teléfono sonó una vez... Otra más... Ricardo no contestó, le daba rabia pensar que podría ser el tal Patrick. El teléfono dejó de sonar. Se quedó mirando el techo, realmente quería vivir con su papá, era su confidente, su compañero, su mejor amigo. Alguien tocó la puerta débilmente. -Ricardo, ábreme, hay malas noticias- dijo Eva del otro lado, apenas podía hablar. Ricardo abrió la puerta y miró a su madre. -Acabo de hablar con tu tío y... Tenemos que empacar, tu abuela está muy grave, creen que morirá pronto, quiero despedirme de ella- dijo Eva mientras una triste y débil lágrima escurría por su rostro. Ricardo abrazó a su madre.
-Tranquila mamá, todo estará bien, vamos, te ayudaré a empacar tus cosas- dijo Ricardo mientras tomaba de la mano a su madre y besaba su mejilla mientras caminaban a su habitación...
Al día siguiente la alarma sonó a las 6 de la mañana, Darío despertó sin ánimos, extrañando a sus hijos, de quienes el tiempo se había llevado su niñez. Sofía poco a poco se resignaba a la idea del matrimonio de Carolina y aunque tenía miedo de perder a su hija, el tiempo le daría la respuesta. Andrea estaba en una difícil situación, sabía que su hija ya era una mujer y que tenía que decirle la verdad; por otro lado deseaba regresar el tiempo a  los años donde Aurora bailaba ballet con un grupo de el jardín de niños, sin complicaciones, sin secretos...
 
Es curioso esto de el tiempo, realmente impresionante e inesperada es la manera con la que ha jugado con las vidas de Andrea, Darío y Sofía, y lo más intrigante de esto es que seguiría jugando con ellas un poco más...

martes, diciembre 28, 2010

Memorias de Portarretrato... Capítulo 1: El fotógrafo, la Diseñadora y la Cantante.‏

...Una Foto... Captura de un momento, congelado, estático, listo para ayudarnos a recordar, a vivir nuevamente, a reflexionar...Detrás de una foto hay muchas más cosas que sonrisas fingidas y congeladas, algo mucho más que gestos nobles y espontáneos algo más que herméticos abrazos y rostros acomodados... Detrás de una foto hay memorias... 
El portarretrato, impecable artefacto que sostiene, decora y protege fotografías. Pero. un portarretrato no guarda sólo un trozo de papel impreso; el portarretrato, es un incesante guerrero que estará ahí, a pesar del tiempo y el espacio, siempre de pie, custodiando todas las memorias que Una Foto guarda...

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Dieciocho años. Un gran salto en el tiempo. Los niños son jóvenes, los jóvenes son adultos, los adultos son ancianos. La vida cambia día con día, y en dieciocho años ha cambiado de manera impresionante.



EL FOTÓGRAFO

Darío sostenía entre sus manos un gran portarretratos. Era una foto de su boda con Eva. Lucían muy elegantes, Ricardo sonreía mostrando un hueco en lugar de un diente, Leonel miraba a la cámara siendo apenas un bebé. Habían pasado diez años de su boda, cuatro de su separación. Ahora Ricardo estaba por cumplir dieciocho años, Leonel tenía catorce. La familia de Darío era apenas la sombra de la familia que aparecía en esa fotografía.

Tenía apenas un par de días que sus hijos se habían marchado a Milán, después de tomar unas vacaciones con su padre, quien desde que se había separado de Eva regresó a su ciudad natal.

Unos días antes de que sus hijos se marcharan, mientras Darío lavaba los platos, Ricardo entró a la Cocina. -Papá pronto cumpliré dieciocho años- dijo Ricardo con cierto tono de miedo y vergüenza. -Lo sé, por fin podrás decidir cuando visitarme y cuando no, créeme se que viajar desde Milán hasta aquí es agotador- dijo Darío a su hijo con tono comprensivo. -De eso es de lo que precisamente quiero hablarte... Papá... Yo... Yo Quisiera venir a vivir contigo en cuanto sea mayor de edad- dijo Ricardo esperando que la respuesta fuera mejor de lo que realmente esperaba. - Ricardo, hemos hablado de eso, desde que tu madre y yo nos separamos tu te convertiste en el hombre de la casa, tu madre necesita mucho tu apoyo, debes cuidar de ella y de tu hermano. -Pero papá, ya sabes que yo siempre hubiera preferido vivir contigo ¿No te gustaría que viviéramos juntos?- dijo Ricardo casi implorando.

Darío secó sus manos y tomó al chico de los hombros. -Ricardo, pronto te convertirás en un hombre, pronto podrás tomar tus decisiones,  me encantaría que vivieras conmigo, pero me sentiría plenamente orgulloso de ti si haces lo correcto- dijo Darío mientras abrazaba fuertemente a su hijo.

Durante las vacaciones Ricardo no volvió a tocar el tema, sabía que su padre tenía razón, pero por un momento imaginó que Darío y él vivían juntos, de verdad añoraba que eso sucediera. 

Cuando Darío llevó a sus hijos al aeropuerto abrazó fuertemente a Leonel, quien con un simple "Nos vemos luego" se despidió de su padre. Ricarco tomó a su padre por el hombro. -Gracias papá- dijo el chico mientraz abrazaba a su padre. -Sabes que me fascina que vengan, no tienes que agradecer- dijo Darío. -No es eso papá, si te agradezco es por enseñarme a tomar siempre las decisiones correctas. Te voy a extrañar- explicó Ricardo.

Los chicos se despidieron con la mano de su padre y entraron a la sala de abordar...



LA DISEÑADORA

En una de las principales zonas corporativas de la ciudad, se encontraba un alto edificio. En el séptimo piso de aquel edificio había una agencia de Publicidad e Imagen Pública que, a pesar de apenas tener 8 años en función, había adquirido alto renombre en el ámbito. En la oficina de la vicepresidencia había una repisa con un gran número de portarretratos, en una fotografía se podía ver una pareja en su boda, en otra se veía a la misma pareja con sus gemelos en el parque; en la fotografía más actual podía mirarse a la misma pareja con sus  gemelos, y otro par de hijos. Una familia numerosa y feliz. Sofía entró a la oficina y miró aquella fotografía, con la creación de la agencia, Sofía dejó los platos sucios, los pañales y los juguetes en el piso. Poco a poco dejó de ser una ama de casa para convertirse en una importante publicista. No por ello dejaba de amar a su familia, lo másimportante en su vida. Sin embargo, su pasión era la publicidad y quería trabajar en ello todo lo que fuera posible. Además Carolina, Miguel, Natalia y Maximiliano ya no eran unos niños, y pronto vivirían su vida.

En el escritorio de la oficina de Sofía había un sobre con un memorándum. Aquel documento hablaba de importantes cambios que tendría la empresa en los próximos meses, de entre los cuales destacaba la sucesión de Sofía a la presidencia de la compañía, ocupada por Franco, su esposo, quien decidió retirarse y disfrutar de su hogar y su familia. Sofía aceptó la decisión de su esposo, pero ella quería seguir trabajando, así, despues de algunos roces y discuciones, Franco decidió ceder el título de Presidente a Sofía.
Sofía estaba bastante nerviosa, en unos días se haría el anuncio oficial, ella ocuparía la presidencia, aun no sabía si era lo correcto, pero era una mujer de riesgos y aunque no se sentía preparada para asumir esa responsabilidas iba a aceptar dicha oportunidad. Agoviada de pensar tanto en dicha situación se marchó temprano a su hogar. 

La residencia era la misma desde hace tanto años, cada rincón guardaba un recuerdo, cada pared mostraba el fantasma de cada rayón de crayola hecho por cada uno de sus hijos. Quienes ahora casi ya no pasaban tiempo en casa. Sofía abrió la puerta, no había nadie en casa. Fue a su habitación y se quedó dormida profundamente.

-¡Mamá, Despierta !tengo algo que decirte antes de que todos lleguen- dijo Carolina moviendo suavemente a su madre para que despertara. Sofía despertó y se sentó sobre su cama. Carolina parecía bastante emocionada. -¿Qué sucede Carolina? ¿Está todo bien?- preguntó Sofía a su hija. -Si mamá solamente quería que fueras la primera en enterarte, Alberto me ha pedido matrimonio ¡Nos vamos a casar!- dijo Carolina con su rostro iluminado por una gran sonrisa. Sofía abrazó a su hija, sin embargo la noticia le había caído como balde de agua fría...

LA CANTANTE

A las afueras de la ciudad, justo donde comenzaba la inmensa carretera para salir de la misma, había una lujosa zona residencial en medio del bosque, donde vivían Andrea y Luis Alcázar, dos desaparecidos cantantes que ahora solamente se dedicaban a escribir hermosas melodías para los artistas de moda.

Andrea disfrutaba mucho poder trabajar desde casa, donde contaban con su propio estudio de grabación y
Luis amaba realmente poder compartir con su mujer la pasión que sentía por la música. En dicho estudio, decorado por el sello característico de Andrea, colgaban infinidad de cuadros y fotografías, portadas de álbumes, fotografías de cantantes, fotografías del espectáculo universitario donde Andrea y Luis trabajaron por primera vez juntos y una fotografía de una linda niña a los tres años con traje de bailarina...

La noche estaba en su esplendor, Andrea y Luis estaban preocupados por Aurora, aquel día la chica había audicionado para ingresar a la Academia de Baile más importante de la ciudad. Andrea había preparado una una especial cena para festejar, confiaba en que su hija sería admitida....



-Vamos Aurora, no estés triste, pronto encontraremos una escuela, ya lo verás- dijo Luis a su hija quien estaba muy desanimada, tanto Andrea como Luis no creían aun que la chica no había sido aceptada. -De hecho, hemos pensado, que podrías estudiar en la universidad donde nosotros estudiamos, las artes son muy valoradas en esa escuela- dijo Andrea mientras servía la cena a su hija, quien no decía ni una palabra. -¿Te gusta la idea?- preguntó su madre pasados unos minutos. Aurora suspiró. - Yo quiero estudiar en esa academia, es la mejor de la ciudad, no voy a desistir de mi sueño, y aun tengo una posibilidad, pagar una cuota de recuperación- dijo la chica decidida mostrándoles a sus padres aquel papel que le dio uno de los profesores de la Academia. -Aurora, es un vil soborno, además es muchísimo dinero, no podemos pagarlo, además no tendríamos porque hacerlo, tu tienes talento, pero podemos ir a visitar nuestra universidad, estoy seguro de que te encantará, tal vez cambies de opinión- dijo Luis mientras tomaba la mano de su hija. La chica quitó su mano. - No quiero ir a esa estúpida universidad, ¿qué no lo entienden?- dijo Aurora bastante enfadada, se levantó de la mesa y salió corriendo...

Luis estaba bastante molesto por la actitud de su hija, Andrea lo tomó del brazo y comenzó a acariciarle.       -No puedo creer que a pesar de todo seas tan comprensivo, eres un gran padre- dijo Andrea dulcemente.    -Sabes que amo a Andrea como si fuera mi hija- dijo Luis aun molesto. -Lo es Luis, Aurora es tu hija, y se que siempre buscarás lo mejor para ella- dijo Andrea besando la mejilla de su marido...

Dieciocho Años, un gran salto en el tiempo, que para las personas de más edad pasa en un abrir y cerrar de ojos...

Hace dieciocho años conocimos a un joven fotógrafo viendo nacer a su hijo; a una diseñadora que dejaba el trabajo para disfrutar a sus pequeños hijos y a una cantante quien juraba amor y respeto eterno frente a la playa. Ahora, dieciocho años después nos encontramos con familias rotas, nuevas decisiones y secretos intrigantes, que solo serían descubiertos con el paso del tiempo...

martes, diciembre 21, 2010

Memorias de Portarretrato: Moda, piano, fútbol, tormenta y Ricardo. Conociendo a los Personajes Parte II


...El teléfono sonaba ocupado, Carolina intentaba llamar desesperadamente a Alberto, su novio. Había recibido una impactante e inesperada noticia, la cual, debía comunicar urgentemente a su novio. Carolina era muy parecida a su madre en carácter, decidida, creativa, amante de la moda, una mujer fuerte, pero suave, romántica e independiente a pesar de apenas tener 21 años. Ella y su hermano gemelo Miguel, eran como polos opuestos. Su sueño en la vida: Conocer París; ver sus diseños modelándose en una importante pasarela de la capital de la moda. Y a pesar de no interesarse en el modelaje, soñaba con algún día modelar uno de sus diseños en alguna pasarela.... El teléfono aun daba tono ocupado, Carolina estaba desesperada, tenía que hablar con, Alberto. Tomó las llaves de su auto, bajó increíblemente rápido las escaleras y salió corriendo a buscarlo.

Al escuchar que su hermana bajaba rápidamente las escaleras, Natalia interrumpió la bella melodía que interpretaba en el piano, la chica sabía que algo le sucedía a Carolina, pero creyó pertinente esperar a que su hermana regresara para preguntarle que sucedía. Natalia intentó regresar a su práctica. Posó sus suaves manos en las teclas del piano. Era muy bella muy natural, su largo cabello alcanzaba a rozar sus manos cuando las movía de una lado a otro mientras tocaba. Tenía un aspecto muy sobrio pero alegre, que combinaba con su auténtica y transparente personalidad. A diferencia de muchas chicas de su edad, Natalia esperaba que algún día llegara el hombre de su vida, creía firmemente que el amor verdadero era el primero, y que con él debía vivir el resto de su vida. Así que, a pesar de haber salido con un par de chicos, la relación nunca avanzaba a algo serio. Sensata, suave, dulce, soñadora, elocuente, perceptiva, sencilla, un poco tímida y de vez en cuando distraída, así era Natalia. Últimamente había pensado en un chico que conocía ya desde hacen tiempo, aunque no era un galán de película, para ella era muy apuesto, simpático y original... único... Un balón pegando en la ventana despertó a Natalia de sus pensamientos...

Maximiliano jugaba fútbol soccer en el jardín de su casa, era un chico de quince años, el menor de sus hermanos, que había heredado de sus padres la pasión por este deporte, imaginaba todo un equipo contrincante, corría por todo el jardín, entregándose al máximo al juego. Físicamente era idéntico a su madre, en carácter también eran muy parecidos. La adolescencia se llevaba los últimos tintes de su niñez, y cada vez pensaba más en chicas; precisamente al patear el balón pensó en una compañera de clases, tal pensamiento lo distrajo haciendo que el balón pegara en la ventana donde su hermana practicaba piano, la chica se asomó por la ventana y con una mirada reprensiva pero gentil le dijo que tuviera más cuidado. Después de pasados unos minutos, Maximiliano entró a la casa ya que había comenzado a caer una fuerte tormenta...

El cielo estaba oscuro, era extraño que en esas fechas cayera tormenta de tal magnitud, pero para el ánimo de Leonel el clima iba perfecto, a pesar de tener apenas catorce años era muy maduro para su edad; si, desconocía muchas cosas de la vida, y apenas comenzaría a vivir nuevas experiencias, pero la vida había sido algo dura para él. Sus padres se habían separado y ahora tenía que pasar unas vacaciones con su padre, con quien no se llevaba nada bien, su personalidad era muy parecida a la de su madre, así que eso no ayudaba a la relación con su padre. Leonel era tranquilo, serio, un poco arrogante, seco, frío y muy inteligente. Miró por la ventana de el apartamento de su padre, no toleraría mucho tiempo más ahí, quería tomar el primer vuelo y regresar con su madre, además, en el fondo, le costaba trabajo reconocer que le molestaba un poco que su hermano y su padre se llevaran tan bien...

Contrario a su hermano Leonel, Ricardo era un chico cálido, amigable, simpático, gracioso y ocurrente. Su personalidad era muy parecida a la de su padre, y físicamente se parecían también; por ello, padre e hijo se llevaban de maravilla, eran como mejores amigos; tanto así, que a pesar de que s u madre tuviera la patria potestad, Ricardo deseaba cumplir la mayoría de edad para vivir con su padre. Semrpe disfrutaban el tiempo que estaban juntos, y estas vacaciones no eran la excepción, los dos eran muy creaticos y les encantaba el arte, así que siempre había una película en el cine que ver o un museo que visitar. De momento Ricardo no  pensaba mucho en las chicas, había salido de una duradera relación, sin embargo hasta en eso era idéntico a su padre, era muy entregado y apasionado, romántico y con cierta tendencia por fijarse en chicas fuera de su alcance. El chico pronto iniciaría la universidad, y día con día la emoción por ello crecía, ya que, según su padre, sería la mejor época de su vida como estudiante y Ricardo le creía...




miércoles, diciembre 15, 2010

Memorias de Portarretrato: Moto, baile, bar, doctor. Conociendo a los Personajes Parte I

...El ruido del motor de una motocicleta al encenderse; los primeros tintes de la noche; el enmarañado y largo cabello de Miguel sobresaliendo de el casco. El chico se dirigía a ensayar con sus amigos, su pasión era tocar la batería, lo hacía muy bien, aunque sus padres se quejaban constantemente de el estridente ruido que provocaba en su habitación. Miguel era un chico atrevido, seguro de si mismo, un tanto ácido, con una personalidad peculiar y una constante maña de decir lo que pensaba sin un mínimo toque de tacto, arriesgado, mujeriego, apasionado y eufórico, fiestero y muy sociable. A sus 21 años Miguel aun no decidía que sería de su vida, y no le importaba saberlo, de momento era feliz y si de una cosa estaba seguro es que no quería continuar con la labor de la empresa de sus padres, siempre decía que él no estaba hecho para los trabajos de ropa formal y oficina, por ello actualmente trabajaba en un cine cerca de su casa. Físicamente era idéntico a su hermana gemela Carolina, ambos tenían un exagerado parecido con su padre, excepto por el cabello, ondulado como el de su madre. Ahí estaba Miguel, escuchando rock a todo volumen en sus audífonos, con el aire golpeando su rostro y volando su cabello, pensando en que tal vez, sólo tal vez, su destino era ser baterista y nunca estudiar una carrera universitaria...

...Aurora caminaba molesta, enojada. Cruzaba rápidamente la avenida que justo un par de minutos antes había cruzado Miguel en su motocicleta. La chica iba de regreso a su casa después de haber audicionado para ganar un lugar en la Academia de Baile más importante de la ciudad, la academia "Les Folies Danseur". Apenas hace unos minutos la chica había bailado espectacularmente frente a los profesores que elegían a los alumnos de la academia. Aurora era excesivamente segura de si misma, engreída pero noble, era muy consentida por sus padres y siempre conseguía lo que quería. Tenía una figura escultural puesto que bailaba desde pequeña. El baile era todo para ella, era su vida. Su corte de cabello a la altura de la barbilla la hacía ver sensual e interesante, era seductora si quería u obstinada y orgullosa dependiendo el caso. Amigable, pero elitista, sociable pero selectiva, así era Aurora; quien a diferencia de su madre no sentía ni una pizca de nervios al estar frente al escenario. Al terminar su rutina frente a los profesores se sintió satisfecha. Sin embargo no fue suficiente, no había conseguido un lugar en la academia; estaba horrorizada, puesto que creía que era un hecho que estudiaría baile en "Les Folies Danseur". Cuando todos los aspirantes partieron un profesor de la mesa de evaluadores se acercó a Aurora y le dijo: -Tienes potencial, estoy seguro que con una cuota de recuperación te podríamos buscar un lugar- Acto seguido el profesor dio a Aurora un pequeño papel con una exorbitante cifra monetaria escrita. Aurora se sorprendió y enfureció más, tomó su maleta y salió de la Academia. Minutos después recibió una llamada de su mejor amiga...
Aquel día, el bar favorito de Greta estaba repleto, a pesar de apenas haber cumplido la mayoría de edad la chica lo conocía de pies a cabeza y asistía muy frecuentemente. Greta era una chica muy alta, delgada y morena, atractiva y a la moda. No obstante, era una chica distraída, fácil de influenciar, ingenua y manejable, excesivamente extrovertida, divertida, fiestera y sociable. Aquel día en el bar ya había bebido bastante, llevaba tacones muy altos y le costaba mantenerse en pie, aun así bailaba sensualmente con un chico que acababa de conocer. De momento Greta miró su reloj, eran las ocho menos diez, eso quería decir que su mejor amiga había salido de tan importante audición. Como pudo salió de el bar y se dispuso a llamar a su mejor amiga deseando recibir buenas noticias. Al ver la pantalla de su móvil se percató de varias llamadas perdidas de su hermano mayor...

En la facultad de medicina de la universidad más importante de la ciudad estudiaba Alberto. Era un chico ejemplar, el orgullo de sus padres, culto e inteligente, ordenado, tranquilo y estudioso; estaba por convertirse en Médico con calificaciones honorables, era bien parecido y elegante. Tenía muchos proyectos y planes de vida. Físicamente también tenía percha de doctor, alto, delgado, siempre peinado perfectamente, usaba gafas y siempre se le veía pulcro. A pesar de sus múltiples ocupaciones escolares siempre tenía tiempo para convivir con sus amigos, con su familia y con Carolina, su novia. Aquel día, al llegar a casa encontró a su padre sumamente enojado ya que desconocía el paradero de Greta, quien no había sido vista desde la mañana. Alberto intentó encontrar desesperadamente a su hermana menor llamándole varías veces a su teléfono móvil...

sábado, noviembre 20, 2010

Escribiendo... Memorias de Portarretrato...

Así es, después de una larga temporada, mi blog-cuaderno-contador de historias, volverá a llenarse de palabras, oraciones e imágenes.

Muy pronto conoceremos una nueva historia llamada "Memorias de Portarretrato" que bien puede ser, una historia nueva o una continuación, todo depende de la perspectiva con la cual sea vista.

¿Es una Continuación? Si, podremos ver que sucedió con Darío, Sofía y Andrea; sabremos como el destino y el tiempo se encargan de jugar con la vida de estos personajes aun después de haberse separado.

¿Es una Historia Nueva? También, conoceremos a nuevos pesonajes (bastantes diría yo) quienes nos mantendrán entre la incertidumbre y la sospecha, entre la calma y la sorpresa, entre la alegría y la tristeza.

Memorias de Portarretrato una historia más compleja, más difícil de contar, más envolvente, más intrigante, más dramática.

A medida de que pueda, iré subiendo breves descripciones de los nuevos personajes, que nos servirán para adentrarnos más fácilmente en la historia. Después de ello... Arrancamos...

Memorias de Portarretrato: Por que una fotografía guarda un momento que quizá jamás pueda repetirse...



Diciembre 2010

domingo, septiembre 26, 2010

...Noticias...

Es peculiar, esto de contar historias; es peculiar también darle vida a sus personajes; ver nacer a una persona ficticia que por lo general nos deja una gran lección. Cada letra, cada historia, cada párrafo son un trozo del alma de nuestros personajes y por ende un trocito de la esencia de nuestra historia. Personajes que aun después de escribir la palabra fin siguen enseñándonos a ver las cosas de otro modo, aprendemos de ellos, sufrimos con ellos, reímos con ellos y por lo tanto crecimos y cambiamos con ellos.

Cuando una historia llega a su fin, los personajes mueren... Son sepultados en el último capítulo donde aparecen... Son congelados en un final, o en el principio de una historia jamás contada... Es difícil sepultar en el pasado a algunos personajes creados para ...Una Foto... tengo la certeza de que ellos fueron son y serán un parteaguas en el escaso tiempo que llevo escribiendo. Por ello, he decidido que ahora, la historia después del "Fin" si será contada...

Aun no hay un título preciso, ni protagonistas bien definidos, pero pronto haré llegar el primer capítulo...

Recomiendo leer ...Una Foto... con especial énfasis en el capítulo final, ya que habrá un par de insignificantes modificaciones...

Espero les guste el nuevo diseño del blog...

Hasta entonces...

sábado, septiembre 11, 2010

...Una Foto... Capítulo 30: Siempre Habrá ...Una Foto...


Las inmensas ventanas no mostraban ni una luz encendida, parecía que los habitantes de esa casa dormían. Era la casa de Darío en Milán, hermosa, pequeña pero con un gran jardín; sencilla pero muy a su estilo. Por fuera todo parecía tranquilo, pacífico; pero dentro había una feroz batalla. -¿Estás seguro? ¿Me vas a dejar sola?- gritaba Eva; una Eva muy diferente a la que Darío conoció hace unos ocho años, una Eva que a pesar del tiempo seguía explotando fácilmente. -¡Ya te dije que sólo es por un par de días!- respondió Darío bastante irritado mientras caminaba hacia el estudio, Eva caminaba detrás de él. -No puede ser que después de tantos años siga siendo tan importante para ti- decía Eva mientras trataba de alcanzarlo. Darío cerró fuertemente la puerta del estudio, Eva gritaba del otro lado. -¡NO PUEDES VIVIR RECORDÁNDOLA POR SIEMPRE!- Había sido una fuerte discusión, como hacía mucho no la tenían. Encerrado en el estudio, acompañado solo por el silencio de la noche, estaba Darío. Tomó un álbum de fotos del librero y comenzó a hojearlo. En una foto aparecía su familia, fijó la mirada en sus pequeños sobrinos quienes ahora debían ser unos adolescentes. Una fotografía de la boda de Sofía ocupaba toda una página del álbum, los tres amigos sonreían y se abrazaban, Sofía irradiaba felicidad. Hace casi 5 años... 5 largos años. Después de mirar un par de fotografías mas Darío cerró el álbum y tomó otro mucho más pequeño, era el álbum que Corina le había regalado hace 8 años. Darío lo abrió y observó una a una las fotos: en el apartamento, el lugar a la orilla de la carretera, el estudio fotográfico de la universidad. A diferencia del otro álbum, éste tenía muchas hojas en blanco, al final del álbum habían cartas jamás leídas por la chica y un par de boletos para un concierto de "Los Hermanos del Rock" al que nunca asistieron. Darío miró por varios minutos todos y cada uno de los recuerdos que aquel álbum albergaba, lo cerró de golpe y se sentó frente a la computadora, escribió un correo electrónico a sus amigas Sofía y Andrea. Al tiempo que escribía, hizo una llamada telefónica...

Sofía se despidió de Franco con un tierno beso. -Te veo a la hora de la comida- dijo Franco antes de desaparecer de la nueva oficina de Sofía. Eran una pareja muy estable, después de 5 años Franco seguía siendo tan detallista como siempre. Un par de años después de su matrimonio, Sofía dejó de trabajar, y ahora, pasados 3 años, volvía a su pasión: La publicidad. Tomó una caja y comenzó a desempacar los objetos y adornos que hace años no veía. Habían muchas cosas, pisapapeles, carpetas, reconocimientos y un sobre con fotografías. Tomó el sobre entre sus manos, sabía lo que podía encontrar. Sacó una a una las fotos que estaban dentro. La primera en aparecer, fue la foto que Héctor le había dado en su cumpleaños. Sofía leyó lo que aparecía detrás de la foto, esperaba que Héctor fuera feliz estuviera donde estuviera. Después, apareció el trozo de fotografía que le había dado Fausto aquella noche. Esa fotografía era especial. Sofía la miró por varios minutos, aun recordaba esa fiesta de fin de semestre, recordaba también aquella especial noche que había pasado en casa del chico. Eran momentos inolvidables. Poco a poco fue mirando las fotografías, la mayoría, de su época universitaria. Por un momento deseó haber regresado el tiempo, evitar que Fausto se fuera, buscarlo, saber de él y porque no, haber podido sentir sus labios una vez más. Por su cabeza pasó la idea de tan solo volver a verlo, era emocionante. Habían pasado un par de horas, había terminado de acomodar sus pertenencias, seguía pensando en Fausto, se dio cuenta que su amigo Darío le había enviado un correo electrónico lo leyó detenidamente, entró en confusión, su amigo la había hecho pensar muchas cosas. Alguien tocó a su puerta. Era Franco. -Amor te traje una sorpresa- dijo Franco poniendo en el escritorio de Sofía un bello portarretratos con una foto aun más bella. Eran Sofía y Franco, en el parque, sonreían, se abrazaban; en sus piernas estaban Carolina y Miguel, sus hijos; idénticos y a la vez diferentes, como dos gotas de agua. Sofía miró un momento la fotografía. Fausto desapareció de su mente, ya no era importante. Ahora solo su familia estaba en sus pensamientos, ahora era lo único importante. Abrazó y besó fuertemente a Franco y dijo. -Gracias-.

Andrea estaba en su camerino; la función estaba por comenzar, a pesar de eso estaba bastante agotada llevaba varios días molesta, agotada, incómoda. No tomaba vacaciones desde ese tranquilo año que había vivido en la playa. -Cinco Minutos Andrea- dijo la directora de escena asomándose por la puerta. Este musical era sumamente exitoso, Andrea por fin había conseguido el papel protagónico, llevaba cuatro largos años haciendo el mismo personaje todas las noches; le encantaba su trabajo, pero los extensos viajes y el poco tiempo de descanso comenzabana  agobiarla. Estaba preparada para la función de esa noche, no sentía nervios, conocía la rutina perfectamente, decidió revisar su correo electrónico desde su teléfono móvil para matar el tiempo. Leyó el mensaje que su amigo Darío le había enviado, se conmovió casi hasta las lágrimas. En el mismo teléfono móvil comenzó a mirar algunas fotografías; con sus padres, con sus amigos, con el elenco del musical, con Luis. A pesar del tiempo se seguía preguntando que había sucedido con Luis. Siguió viendo las fotos; en las más recientes aparecía Ignacio de la Parra, el famoso futbolista y su actual novio, a quien no había visto desde hace algunas semanas a causa de los constates viajes de ambos. Pensó un momento en Ignacio, en Luis, en lo diferentes que eran.    -Andrea, es hora- dijo la directora de escena desde la puerta. Andrea dejó su teléfono móvil y se dirigió al escenario.

El correo electrónico que Darío había enviado había movido muchos sentimientos en los tres amigos. Y generaría inimaginables cambios en la vida de Darío, Sofía y Andrea. Dicho correo decía:

"Les escribo desde la oscuridad de el estudio, acabo de discutir fuertemente con Eva, no quiere que viaje a visitar los restos de Corina como lo hago todos los años. Hasta hace unos minutos no comprendía la razón de su enojo, pero ahora, todo es más claro. Acabo de ver el álbum que Corina me regaló, las fotografías que alberga son hermosas, es inevitable extrañarla, pero lo he pensado; han pasado ocho años; mi vida es otra, hay una mujer a mi lado, pronto nacerá Ricardo,  tengo todo lo que merezco para ser feliz. Se que Corina está detrás de esto, la amo y la recordaré Por Siempremente, se que ella puso a Eva en mi camino...

...Una Foto... ¿Cuántas cosas nos mueve una foto, no esa así?... Hoy, una simple foto besando a Corina me hizo entenderlo todo, cancelaré el viaje, no debo enviarle flores, ella estará en mi corazón.

Sofía, se que eres feliz, se que tienes algo que jamás hubieras imaginado. Los gemelos cambiaron tu vida, no hay bendición más grande que un hijo, Franco es un gran hombre y estoy seguro que te ama y te procura como siempre lo ha hecho. Por otra parte estoy seguro que de vez en cuando piensas en Fausto, se que aunque siempre lo negaste, alguna vez lo amaste; puedo pensar que te ha costado olvidarlo tanto como a mi me ha costado olvidar a Corina. De una u otra manera ellos ya no están, debemos dejarlos atrás,  recordarlos como lo que fueron, un amor de universidad.

Andrea, estoy realmente contento, espero pronto traigan el musical a Italia, me encantaría escucharte cantar, tiene mucho que no lo hago. Espero las cosas con Ignacio de la Parra vayan bien; honestamente nunca he aprobado tus relaciones con cantantes, actores, deportistas o todo lo que tenga que ver con el entretenimiento, pero espero que estás muy contenta.  

Chicas, una foto nos transporta al pasado, nos hace revivir momentos, nos hace tomar decisiones. Hoy elegí quedarme con mi presente, mi amor por Corina fue hermoso, pero no puedo seguir cargando con él. Ahora Eva y mi hijo necesitan mi compañía, mi apoyo y mi amor. Espero ustedes también elijan, no les estoy diciendo que cierren su pasado; busquemos nuestra felicidad, se que está por ahí en algún rinconcito esperándonos, tal vez ya está aqui, en lo que vivimos día con día, tal vez está plasmada en una fotografía y debemos dar vuelta atrás para recuperarla.

Las Quiero y Extraño muchísimo,  extraño esas pláticas en el apartamento, extraño sus risas, extraño sus abrazos; pero para eso tengo mis fotos. Siempre estarán conmigo...

Basta de tanto sentimentalismo, espero vengan en un para de meses a conocer a su sobrino Ricardo.

Sofía: Saluda a Franco de mi parte y dale un beso a los gemelos, diles que su tío Darío los quiere mucho.
Andrea: Éxito en el musical y espero las cosas prosperen con el futbolista ese...

Un Beso, Darío."

Terminando de escribir a sus amigas Darío salió del estudio, subió a su habitación; Eva fingia estar dormida. De la mesita de noche tomó el ultrasonido de su bebé, Darío no podía esperar más para conocerlo; besó la imagen y se acostó en la cama. -Acabo de cancelar el viaje, me quedaré contigo y con Ricardo. Los Amo- dijo Darío mientras abrazaba a Eva y ponía los sus manos en el vientre de su mujer. Eva volteó inmediatamente, besó a Darío y le dijo. -También te amo-.

Sofía abrió nuevamente el sobre, sacó el pedazo de foto que Fausto le había regalado. Lo miró por un momento y recordo nuevamente al chico, galante, arrogante, engreído, con esa sonrisa en su rostro. Apreto fuertemente su mano arrugando por completo la foto. La tiró en el cesto de basura. Corrió a la oficina de Franco y abrió la puerta sin tocar. -Franco, vamos a la casa, quiero ver a los niños, creo que aun no estoy lista para trabajar dijo So´fía muy nerviosa. Franco abrazó a su esposa, tomó las llaves del auto y se marcharon a su casa. Cuando llegaron los niños estaban en el jardín, jugando con su abuela. Sofía corrió hacía ellos, los abrazó y besó hasta cansarse. -Los extrañé mucho- dijo efusivamente. -Aun no estoy lista para dejarlos- completó Sofía. Franco se acercó junto a su epsosa abrazaron a sus hijos.

La función del musical terminó, Andrea se abrigó y salió de su camerino. Estaba realmente agotada, un taxi la esperaba a la salida del teatro para llevarla al hotel, pero antes debía atender a la multitud de prensa que esperaba su salida.  Andrea salió rápidamente, inmediatamente la recibieron gritos, empujones, preguntas, chismes, grabadoras, cámaras y flashes que hacían borrosa su vista. Estaba por comenzar a dar una entrevista cuando, entre tanta gente,  reconoció al hombre que estaba de el otro lado de la avenida. Era Luis. Andrea no hizo caso a los reporteros, menos a los elementos de seguridad, corrió entre la gente, trataba de abrirse camino, los reporteros no entendían lo que sucedía. La chica alcanzó a Luis. Por un momento se miraron, no se escuchaban los autos, no se movían las personas, la avenida estaba congelada. Se abrazaron fuertemente, se besaron sin importar lo que sucedería después...

TRES MESES DESPUÉS

Darío estaba en la sala de parto, las manos le temblaban horrible, no era muy bueno filmando, en unos minutos Eva daría a luz a Ricardo, el hijo de la pareja. Darío tomó la mano de Eva. -Tu puedes, Te Amo- dijo después de besar la mano de su amada. Pronto se escucharon lo llantos del pequeño, Darío soltó la cámara, lloraba de emoción, acababa de vivir el momento más feliz de su vida.

Sofía preparaba el desayuno en el jardín, sus padres y su hermano irían a desayunar esa mañana. Todo estaba hermoso, Pronto toda la familia se encontró sentada en la mesa. Sofía irradiaba de felicidad, disfrutaba a sus hijos al 100%. -Todo estuvo delicioso Sofía- dijo su padre mientras subía a sus piernas a Carolina. La mayor parte de la mañana la pasaron platicando, riendo, recordando momentos de la infancia de Sófía. -Familia tengo algo que decirles-- dijo Sofía en esa bella mañana. Todos la miraban, sospechaban lo que iba a salir de su boca, pero nadie quería arruinar la sorpresa. - Franco, vamos a ser papás- dijo Sofía con cara de sorpresa e incertidumbre. Todos se quedaron callados por un momento, después rieron, se abrazaron y gritaron de emoción.

Después de los escándalos y chismes por la supuesta infidelidad a Ignacio de la Parra; Andrea decidió renunciar al musical y alejarse del mundo de el teatro, las cámaras, los chismes y el entretenimiento. Todo sucedió muy rápido y precipitado, pero en total secreto. Las olas del mar y el radiante sol eran su única compañía. En un improvisado pero hermoso altar se encontraba el sacerdote. Andrea con un sencillo pero hermoso vestido blanco tomaba de las manos a Luis quien vestía un ligero traje color arena. La ceremonia fue breve y solemne. La pareja se besó dulcemente. -No podía dejar que te fueras- dijo Andrea abrazando fuertemente a su ahora esposo. -Nunca lo hice- dijo Luis besando el hombro de su mujer.

Y después de tantos años por fin logramos responder...

¿Qué pasa con estos tres amigos que no logran conseguir una pareja?

Así estaba escrito...

¿Acaso se enamoraron de la persona incorrecta?

Más de lo que debían...

¿Existen de verdad los amores Imposibles?

Depende de cuanto estés dispuesto a luchar por él...

¿Qué tanto pueden Influir una fotografía en la vida de una persona? 
 
Como no se lo imaginan...
 
Los seres humanos somos alegres, románticos, cambiantes, indecisos, inconformes, inconscientes, efusivos, pasionales, seductores, sinceros, mentirosos, bromistas, melancólicos, tiernos, dulces, amargos, nostálgicos, fríos, amorosos... Y sobre todo somos testarudos y olvidadizos. Lo bueno de esto, es que para recordar todo lo que fuimos, todo lo que hicimos, todos los lugares que visitamos y todo lo que vivimos siempre habrá ...Una Foto...
 
 
 
 
 
FIN.

domingo, septiembre 05, 2010

...Una Foto... Capítulo 29: La última noche en el Apartamento.

Por tercera ocasión, Darío adornaba con divinas flores el sepulcro de Corina... Tres años desde aquel terrible y ahora lejano suceso. El chico estuvo ahí un buen rato, recordando, platicando con  una invisible Corina; es difícil olvidar a alguien que ha partido, sin embargo Darío disfrutaba mucho cada momento de su vida y ahora, buscaba seguir adelante y cumplir con sus planes de vida. Pasados unos minutos el chico subió a su auto y se dirigió al trabajo.

Flora y Paulo tenían poco más de un año de casados y muchas cosas habían cambiado. Después de dos años de repletas funciones,  el musical donde participaba Andrea se encontraba visitando varias ciudades del país, era una gira de despedida. Sofía iba mejo que nunca en los negocios, unas semanas antes acababa de cerrar un ambicioso proyecto con él joven e importante empresario Franco Del Valle, quien la invitó a una lujosa cena para festejar su éxito; esa cena llevó a otra y a otra... comenzaron a salir. Darío se había consolidado como uno de los fotógrafos estrella de la revista para la cual trabajaba, por fin había comprado un auto y planeaba abrir su propio estudio fotográfico.

El año terminó de manera espectacular, Sofía y Franco vacacionaron juntos en París. Andrea para esas fechas se presentaba en una ciudad al norte del país y celebró con sus compañeros del elenco, quienes después de tanto tiempo trabajando juntos, ya eran como su segunda familia. Darío pasaba tan especial fecha con su familia, a la cual no podía ver tan frecuentemente como antes.

A finales de Febrero los chicos celebraron un año más viviendo juntos. -No lo puedo creer, cuatro años, que rápido- dijo Sofía quien había regresado un par de  días a la ciudad. -Vaya que las cosas han cambiado, por cierto Darío, la cena estuvo deliciosa- elogió Sofía. -La mandé a pedir a un restaurante- confesó el chico mientras bebía de su copa de vino.  Los chicos platicaban en el mismo sofá de siempre, el apartamento ahora lucia muy diferente, había cambiado la decoración y los colores; sin embargo seguía teniendo el sello personal de los tres amigos, quienes después de cuatro años de vivir juntos habían construído estrechos lazos de amistad, que ni el tiempo ni la distancia separarían.

La euforia de uno de los eventos deportivos más importantes en el mundo se había apoderado de toda la ciudad. El mundial de fútbol estaba a la vuelta de la esquina, y los tres amigos estaban preparados para apoyar al equipo que representaría a su país. Un lluvioso, pero caluroso domingo de Mayo los tres amigos comían juntos mientras veían televisión. -Tengo que decirles algo- dijo Andrea mientras apagaba la televisión. -¿De verdad? yo también debo decirles algo, pero tu primero Andrea- dijo Sofía cediéndole la palabra a su amiga. -Chicos, en unos meses la gira del musical llegará a su fin, quiero descansar, tomarme unas vacaciones- dijo la chica mirando a sus amigos. -Eso me parece exelente Andrea, es un descanso bien merecido- alentó Darío a la chica. -El punto es, que he estado haciendo cuentas y quiero... quiero rentar un apartamento en la playa... voy a mudarme-  dijo la chica con la mirada baja. Sofía y Darío se quedaron callados un momento, el silencio era tan incómodo como cuando la chica les dijo hace un par de años que regresaba a vivir con sus padres. Pero ahora, sus amigos reaccionaron diferente. -Es una decisión muy importante ¿Estás segura?- preguntó Sofía. -Totalmente- respondió Andrea muy segura de si misma. -Pues no hay nada que podamos hacer, vamos a apoyarte en todo lo que necesites...Te extrañaremos...pero ya tendremos donde hacer fiestas de playa los fines de semana- dijo Darío en tono de broma. -Te queremos mucho- dijo Sofía al tiempo que los tres amigos se abrazaban, Andrea no pudo evitar soltar una feliz lágrima por la actitud de sus amigos en cuanto a su decisión. -Ya vas a empezar de cursi- dijo Darío, Andrea lo golpeó suavemente con su codo. -Por cierto ¿Qué ibas a decirnos Sofía?- preguntó el chico después de unos minutos. -Quería decirles que iré con Franco al mundial de fútbol- dijo la chica tratando de evitar su incontenible sonrisa. La chica era una apasionada del fútbol. -¡Wow! el mundial de fútbol ¡Qué noticia!- dijo Darío mientras jaloneaba a su amiga. El sol se comenzó a ocultar y Andrea platicó a detalle su proyecto de mudanza con sus amigos y Sofía contó a sus amigos como fue que Franco la invitó a tan importante evento.

Por la mañana Darío tenía una importante junta con el equipo editorial de la revista, el motivo de la reunión era simple, presentarle a su nuevo compañero de trabajo. -Tu nuevo compañero no pudo asistir a la junta, pero lo conocerás hoy por la noche en el evento que vas a cubrir, si su desempeño es destacado, tendremos una sorpresa para ustedes- dijo un miembro del consejo editorial. El chico salió de la reunión nervioso y hasta cierto punto emocionado, ignoraba quien podría ser su nuevo compañero e ignoraba también la sorpresa que tenían para ellos. Se sentó en su escritorio y revisó los datos del evento al que debía asistir esa noche a tomar fotografías. En la invitación se leía: "Aniversario, Centro de Espectáculos & Cantabar. Invitados especiales Los Hermanos del Rock", a un  lado se podía leer la dirección y el pase de acceso. Darío se emocionó aun más, tenía mucho que no escuchaba a los Hermanos del Rock, era extraño,  no había vuelto a oir de ellos desde aquel concierto al que iría con Corina y nunca asistió. Y ahora, esa misma noche podría hasta fotografiarlos.

El Centro de Espectáculos estaba repleto de celebridades y gente de sociedad, era uno de los lugares más exclusivos de la ciudad. Había lugares reservados para periodistas y fotógrafos, sin embargo solo había un sitio reservado para la revista, el chico pensó que su nuevo compañero no asistiría al evento y comenzó a trabajar. Capturó a varias celebridades y un par de tomas del lugar repleto de gente. Las luces se apagaron y el escenario comenzó a iluminarse, los Hermanos del Rock comenzarían con el show en cualquier momento. Darío tomó asiento en su lugar reservado y comenzó a buscar el mejor ángulo del escenario. La banda comenzó a tocar y el show dio inicio. Las fotografías del chico salían espectaculares. Hasta que alguien interrumpió su trabajo. -¡ÉSTE ES MI LUGAR! ¡HAZME EL FAVOR DE QUITARTE!- dijo una chica no tan alta, de piel morena, hermoso cuerpo y exquisito aroma, bastante arrogante. -DISCÚLPAME, ESTE ES MI SITIO- dijo Darío mostrándole la credencial que lo identificaba. La chica no paró de discutir, Darío trató de ignorarla y seguir tomando fotografías, sin embargo la chica se paró en frente de él, cubriendo toda la visión. La banda dejó de tocar. Darío tomó a la chica de la mano y salieron del lugar. -¿Me puedes explicar qué te sucede? ¡ESTOY TRABAJANDO! ¿Quién demonios eres?- dijo el chico bastante irritado. -Soy Eva Molina, y yo también intentaba trabajar, pero ¡ESTABAS OCUPANDO MI LUGAR!- dijo la chica en un tono peleonero. -¿Eva Molina? ¿Te conozco de algún lado? - dijo el chico mirándola a detalle. -Un momento ¿Tú eres... Darío?- dijo la chica bajando el tono de voz. -Así es, seremos compañeros ¿Te he visto antes?- dijo Darío tratando de recordar donde había visto a la chica. Eva no respondió y sólo se disculpó diplomaticamente, era una chica soberbia y orgullosa, no dijo ni una palabra en toda la noche y sólo se limitó a trabajar. Cuando el evento llegó a su fin Darío se despidió de ella. -Nos Vemos mañana Eva, cubriremos una pasarela de modas, ¿De verdad no nos conocemos?- dijo el chico respetuosamente. - No pienso trabajar con usted, mañana mismo renunciaré, es usted un arrogante y se cree el rey de la cámara, hasta nunca- dijo la chica caminando rápidamente, el sonido de sus zapatillas se silenció unos minutos después, a Darío le pareció bastante cómico, con una sonrisa en la boca se marchó del lugar.

Junio llegó con mucha adrenalina y pasión futbolera. Sofía se encontraba en un sencillo pero cómodo cuarto de hotel. La chica había decidido que ella y Franco durmieran en habitaciones separadas. Por una extraña razón la chica se encontraba muy emocionada, creyó que era la euforia de ver jugar a su equipo a la mañana siguiente. En toda la noche casi no pudo dormir. Apenas amanecía cuando alguien tocó la puerta de su habitación. Era Franco quien ya estaba vestido y listo para irse al estadio. -Es muy temprano aun ¿No lo crees?- dijo la chica aun con los ojos un poco cerrados. -Un poco, pero traje el desayuno, debemos alimentarnos bien para tener energías y poder apoyar al equipo- dijo el chico mientras entraba a la habitación con un carrito de comida. La pareja platicó mientras desayunaba, Franco era muy elocuente y atento, a Sofía le encantaban sus detalles, estaba enamorada.

El estadio estaba repleto, habían banderas por todos lados, la gente gritaba, bailaba y se divertía. Sofía y Franco llegaron justo a tiempo. El partido de fútbol dio inicio; la chica prestaba total atención en la ubicación del balón, se emocionaba cuando su equipo se acercaba a la portería y se enojaba bastante cuando alguien del equipo contrario les robaba el balón. Era un juego muy cerrado, el tiempo seguía avanzando y ninguno de los dos equipos lograba anotar gol.  Sofía no hablaba, no gritaba, solamente veía el juego que estaba a escasos minutos de terminar. Y ocurrió, Sofía, Franco y toda la gente de las gradas que vestían como ellos comenzaron a gritar ¡GOOOOOOOL! Su equipo lo había logrado, a tan poco tiempo de terminar el partido habían anotado el gol que les daría el triunfo. Sofía abrazó a Franco, lo besó fuertemente, estaba realmente emocionada. El chico también lo estaba, abrazaba fuertemente a la chica, la tomó de las manos y cuando volvió a ver directamente los ojos de Sofía dijo.¡SOFÍA CÁSATE CONMIGO!

La gira del musical había terminado, Andrea se encontraba empacando sus cosas con la ayuda de Darío, su nueva vida en la playa la estaba esperando. - De verdad trabajar con Eva es un reto, no entiendo porque nunca aceptaron su renuncia y no entiendo porque no acepta que me conoce- dijo Darío a su amiga. -Por lo que me cuentas esa Eva es todo un caso, pero trabajan muy bien juntos, sus fotografías son espectaculares ¿Y por qué estás tan seguro de conocerla? ¿No has pensado que la estás confundiendo?- dijo Andrea mientras cerraba un par de cajas.-Puede que tengas razón, creo que no volveré a molestarla con lo mismo, pero...- Darío calló de repente, corrió a su habitación y regresó con una fotografía de un grupo escolar de chicos de secundaria. -Ya estoy completamente seguro- dijo el chico señalando en la foto a una chica que indudablemente era Eva.


La puerta del apartamento se abrió, era Sofía, había regresado del mundial de fútbol. Andrea corrió a saludarla y Darío dejó la foto en la mesa. Antes de saludar a sus amigos, antes de abrazarlos, antes siquiera de descansar de tan atareado viaje Sofía dijo tres palabras, tres palabras que cambiaban su vida sorprendentemente una vez más. -Chicos, me caso- dijo la chica con una sonrisa en su rostro....

Un par de días después Eva y Darío se encontraban en la sala de juntas de la Editorial. Los habían citado para una reunión urgente. Era impresionante como es que habían logrado tan buenos resultados juntos, ya que su relación era pésima, apenas se dirigían la palabra. Eva era una chica misteriosa, cautivadora, pero misteriosa. -Eva quiero enseñarte algo- dijo Darío mientras le mostraba a la chica la fotografía de cuando eran niños. Eva apenas volteó. -Siempre has sido tan arrogante, el sabelotodo, el mejor alumno de clase, no te soportaba ni te soporto, ¿Contento? ahora deja de molestarme- dijo Eva volteando la mirada. Los miembros del consejo editorial entraron a la sala, la reunión fue breve y directa. Tanto Darío como Eva salieron de la sala con cara de desconcierto e impresión y sin decirse nada fueron a sus respectivas oficinas.

Dos semanas habían pasado, Sofía, Darío y Andrea platicaban en el apartamento, habían cajas por todos lados, sólo estaba el sofá, los cuadros que adornaban las paredes habían sido descolgados, los adornos habían sido empacados. -Es extraño dejar este lugar- dijo Darío mirando la desnuda estancia. -Es un nuevo paso en nuestras vidas-  dijo Andrea abriendo una cerveza de lata. -Estas paredes guardan tantos momentos- dijo Sofía dando un trago a su cerveza. - Vivir con ustedes fue de lo mejor que me pudo haber pasado- confesó Darío. -Es un hecho que seguiremos juntos- afirmó Andrea. -Salud por nuestra amistad- brindó Sofía. Al tiempo que los tres amigos chocaban sus latas de cerveza gritaron "¡SALUD!"

Esa era la última noche que pasaban los tres amigos en el apartamento, a la mañana siguiente Andrea partiría a su apartamento en la playa, Darío y Eva habían sido promovidos, ahora trabajarían para la Sede Mundial de la Revista, ubicada en Milán, Italia... el avión del chico salía por la tarde al  día siguiente. Sofía se mudaría al apartamento de Franco, era algo temporal, la pareja planeaba su boda y  estaba por comprar una espaciosa casa, la cual habitarían después de casarse...
Era un hecho, a partir de hoy los tres amigos caminarían por rumbos distintos... Era un hecho también que su amistad perduraría a pesar de eso y más...

...Esperen pronto el capítulo final de esta historia...

viernes, septiembre 03, 2010

...Una Foto... Capítulo 28: En Todos los Finales hay Boda

Las luces del apartamento estaban apagadas, solo una titilante velita iluminaba el comedor. Los tres amigos festejaban el cumpleaños de Andrea. No había nadie más. Antes de apagar la velita la chica pensó en todo lo que había cambiado en ese año.  Un año antes, ese mismo día, estaba bailando en el centro de la estancia con Luis. Ahora, no había vuelto a saber nada de él desde que la visitó en el apartamento, lo extrañaba; sin embargo, había logrado dejarlo en el pasado. Hace un año también ensayaba para el concierto de la universidad; ahora, después de unos meses de haberse graduado ensayaba para un musical, el cual sería presentado en un importante teatro de la ciudad, tenía un papel importante, estaba  muy emocionada, pero no insegura, no temerosa.

Darío y Sofía aplaudieron cuando Andrea sopló la velita, partieron el pastel y se sentaron en el sofá. -Iré por café- dijo Sofía. -¿Cómo va la búsqueda de trabajo?- preguntó Andrea a su amigo. -Pésimo, no pensé que fuera tan difícil conseguir trabajo como fotógrafo, debo apresurarme, el dincero escacea- dijo Darío tan bromista como siempre. Sofía regresó con las tazas de café en las manos. Los amigos siguieron platicando un buen rato. Sofía fue la primera en despedirse y marcharse a su habitación.

Sofía había cambiado mucho desde aquella noche que pasó con Fausto, fue difícil para ella dejarlo ir, incluso por momentos pensó en la loca idea de detenerlo en el aeropuerto, como pasa en las películas románticas. Sin embargo, la chica entendió que la vida no es una película de amor, así que siguió adelante, pronto encontró trabajo en una importante agencia de diseño publicitario, y a pesar de las intenstas y agoviantes presiones y cargas de trabajo, la chica se encontraba inmensamente feliz, haciendo lo que más le gustaba.

-Vete a dormir debes estar descansada para el ensayo de mañana, yo limpio esto- dijo Darío a Andrea unos minutos después. El chico guardó el pastel, lavó las tazas y tiró la basura.. "Tendré que sacar la basura". Pensó el chico al ver que no el bote estaba repleto de basura. Tomó las bolsas y se dirigió al contenedor que se encontraba fuera del edificio. Cuando estuvo ahí se detuvo por un momento.  Hace casi un año estuvo ahí con Corina, la chica le había dicho unas palabras hermosas, y había sido uno de los mejores momentos en aquella noche. Habían pasado muchas cosas. Darío aun recordaba muy bien a Corina, pero sabía que donde sea que la chica estuviese, lo acompañaría siempre. Desde aquel último día que había visitado la universidad no había vuelto a ver a Isabella, y eso lo hacía feliz, por fin había logrado sacarla de sus sueños y de sus pensamientos. La idea de no encontrar trabajo le preocupaba, llevaba varios meses buscando y no obtenía éxito. Por un momento pensó en dejar su cámara y buscar empleo en algo diferente, pero non perdía las esperanzas.

Unas semanas antes del cumpleaños de Andrea, Flora visitó a sus amigos, comieron juntos y la chica informó  que había sucedido con algunos cuantos compañeros de la universidad. -Les digo que yo misma vi las fotografías en una revista- confirmó Flora a sus amigos. La chica se refería a una fotografías que habían sido publicadas, donde se veía perfectamente a Bianca en un Bar con un importantísimo productor de teatro y televisión. Días después de que dicha publicación salió a la venta. El productor anunció el elenco de su próxima obra de Teatro, donde Bianca era la protagonista. Por lo que se veía, la chica había olvidado a Daniel por otros intereses. Terminando de comer Flora informó a sus amigos una interesante. - Mañana salgo de viaje, iré a buscar a mi hermana, no descansaré hasta encontrarla- dijo la chica muy convencida. Sus amigos la apoyaron, felicitaron y desearon lo mejor para su viaje. Comenzaba a anochecer cuando los tres amigos se marcharon, abrazaron fuertemente a Flora y se despidieron de ella.

Con un éxito inminente, en Octubre se estrenó el musical de Andrea. La chica había crecido mucho como cantante y se desempeñaba muy bien como actriz. Con una íntima reunión, sus padres y sus amigos festejaron el triunfo de Andrea. Para noviembre, el país transmitió por televisión un solemne mensaje en recuerdo a los fallecidos en el terromoto del año anterior. Darío por su parte, visitó el sepulcro de Corina y lo llenó de hermosas flores.

Para diciembre de ese año Darío ya trabajaba en una oficina como auxiliar administraivo, tenía un par de meses trabajando ahí y era realmente infeliz, su sueño de poder trabajar con su cámara no se había extinto, pero necesitaba trabajar. No desistía y seguía visitando las principales agencias fotográficas así como revistas y periódicos.

Los tres amigos recibieron Marzo con una fantástica noticia. Flora les informó vía correo electrónico que había encontrado a su hermana y que pronto regresaría a la ciudad.

A finales de Abril Darío recibió una llamada, era una importante revista de sociales, querían entrevistar al chico ya que estaban contratando fotógrafos. No era precisamente lo que Darío tenía en mente, pero al idea de volver a trabajar con su cámara le fascino y aceptó ir a dicha entrevista. La revista quedó muy contenta con lo que Darío les mostró y lo contrataron. El chico renunció en la oficina donde trabajaba y puso manos a la obra, pronto comenzaría a trabajar en la revista.

El intenso sol veraniego de Julio trajo consigo un hermoso evento. Un bello jardín decorado con flores naranjas y amarillas, una hermosa banda tocaba melodiosas canciones, los invitados vestían de colores vivos, las señoras llevaban puestos extravagantes sombreros para cubrirse del sol. Los tres amigos se encontraban sentados juntos en las pulcras sillas blancas que formaban filas. Paulo esperaba en el altar a su futura esposa. La blancura del bello vestido hizo que todos los invitados percataran que la novia había llegado; un ramo de flores de color rosa mexicano, hacía que resaltara un poco más. Se veía hermosa, era el día en que Flora por fin se entregaba a la libertad y no lo hacia por su independencia, sino por entregarse al hombre al que amaba. La ceremonia fue hermosa, y la fiesta divertidísima. Sofía conoció a un primo de Flora con quien bailó toda la noche, al momento de lanzar el hermoso ramo, Andrea fue la ganadora. Sofía y Darío se burlaron de ella todo el tiempo. -Serás la próxima casada Andrea- decía Darío en tono de burla. -El ramo le pertenecía a Sofía, solo que se cuando vio que le tocaría a ella se alejó- se excusó Andrea. -¡Claro que me alejé! No pienso casarme pronto, primero quiero viajar y conocer lugares nuevos, no llenarme de hijos- declaró Sofía bromeando. Darío, como era de costumbre (y a pesar de que había un fotógrafo cubriendo perfectamente la fiesta) capturó los mejores momentos y tomó fotos a los novios, a sus amigas, a los novios con sus amigas y al bello jardín. Ya entrada la madrugada y con un par de copas encima los tres amigos salieron de la fiesta y muy felices bromeaban camino al apartamento. -Por haber evadido el ramo, ahora te casarás muy pronto, ¿Acabas de conocer al primo de Flora no? Ese es el bueno.-dijo Darío bromeando, Andrea y el chico reían a morir mientras Sofía se defendía inútilmente.


Semanas antes de la boda Flora informó a sus amigos que se casaba con Paulo. -Lo conocí en la cena que  hicieron en el apartamento la navidad antepasada, de ahí nos hicimos amigos y comenzamos a salir, nos hicimos novios y... me acompañó a buscar a mi hermana, realmente lo amo, es el hombre de mi vida- Darío y Andrea no daban crédito a lo que sus oidos escuchaban. Los tres estaban estupefactos, y Sofía era la más impresionada ya que tanto Paulo como Flora eran sus amigos, y por falta de tiempo, por trabajo o por circunstancias del destino, no se había percatado del secreto romance.

Era impresionante, había pasado apenas año y medio de aquella plática en el apartamento donde los tres amigos dejaban atrás a Luis, Fausto e Isabella. Sus vidas y las de sus seres queridos habían cambiado mucho... y cambiarían mucho más...

... Esperen Pronto el desenlace de Esta Historia...

jueves, septiembre 02, 2010

...Una Foto... Capítulo 27: Adiós al amor que Nunca Fue. La libreta perdida.

Esa era la última noche que Darío pasaba en casa de sus padres. Esa era la última noche que Darío Soñaba con Corina. Un bello bosque repleto de flores, iluminado por un radiante sol de primavera, Corina tomaba su mano, caminaban sin rumbo alguno, se escuchaba la melodía de las aves. Vestían de blanco, la bella cabellera negra de Corina volaba con el viento. Darío la observaba caminar, no hablaban, podía oler su perfume. Se detuvieron. El viento no soplaba. -Debes seguir sólo, yo me quedaré aquí, ella te está esperando. Por Siempremente- decía Corina mientras soltaba la mano de Darío. La chica caminaba hacía el cargado bosque lleno de árboles. Darío se quedaba ahí, parado viendo como el amor de su vida se alejaba, otra mano tomaba la suya. Era una mujer, sabía que la conocía, pero no lograbaa identificaba. Darío despertó, pensó en Corina y entendió. Era la última noche que Darío soñaba con Corina y ese sueño fue la señal que el chico necesitaba para salir adelante.

La mañana siguiente el chico vistió su suéter favorito, de rayas. Tomó su maleta, se despidió de sus padres y sin prisa se dirigió a la universidad, debía recoger sus documentos. Al llegar a la institución la observó bien, vagó por cada pasillo, se sentó en cada banca, tal vez esa sería la última vez que pisaba su universidad, le tenía mucho cariño. Por último, decidió depedirse de su profesor de fotografía publicitaria quien había acompañado al chico a lo largo de sus estudios universitarios. A pesar de haberse distanciado en los últimos semestres, Darío sentía un aprecio muy especial por dicho profesor, además estaba muy agradecido con el por haberle regalado las fotos de Corina.

Caminaba lentamente por la universidad, admirando cada defecto,cada agujero, cada pared, cada salón de clases. Llegó por fin al estudio fotográfico donde tomaban aquel curso. Entró y sentado en el escritorio se encontraba el profesor. -¡Darío! pasa pasa, que gratificante es volver a verte- dijo el profesor. -Igualmente profesor, vengo a despedirme y a agradecerle por todo lo que me enseñó en estos años- contestó el chico acercándose al escritorio. El profesor se púso de pie y agarrando al chico del brazo, le dijo. -Gran labor tenemos los fotógrafos, capturar momentos, y no sólo eso, sino emociones, sentimientos, pensamientos, tristezas, alegrías, triunfos y porque no derrotas. Es una gran labor, que estoy seguro estás listo para desempeñarla, sal al mundo y demuéstrales lo que tus fotografías pueden hacer- terminando de hablar el profesor abrazó a Darío y el chico salió del estudio. 

Al salir uno de sus papeles voló por el pasillo, cuando lo alcanzó escuchó abrirse la puerta de la cabina radiofónica, era un rechinar bastante ruidoso al cual no prestó atención, sin embargo quien salía por aquella puerta llamó, desde antes de que la escuchara sabía que era ella. -¡Darío Hola!- dijo Isabella. El chico saludó a la chica como de costumbre, con un caluroso abrazo. -Pensé que no te volvería a ver en mucho tiempo- dijo la chica mientras tomaba asiento en la banquita que estaba fuera del estudio. -Ven, sientate conmigo- invitó Isabella al chico. Darío no podía evitar sentir nervios cada vez que estaba con Isabella. A pesar de todo lo que había pasado le seguía gustando. - Siempre quise volver a ir contigo en alguna clase- dijo la chica mirando fijamente a Darío. -Yo siempre quise tener una oportunidad contigo- respondió Darío, no sabía de donde salía ese valor, pero de pronto sintió  que tal vez la chica se su sueño podía ser Isabella.   -Sabes que siempre fue complicado- dijo la chica volteando su rostro para evitar ver a Darío. -Lo sé, me lo dijiste, pero nunca logré entender porqué- contestó Darío, perdiendo la ilusión de que Isabella fuera la chica de su sueño. -Darío, te quiero y quiero ser tu amiga por mucho tiempo, espero algún día encuentres alguien que sepa valorar lo que yo no pude, eres alguien muy especial- dijo Isabella mientras acariciaba la mejilla del chico. -Entiendo, lo entendí desde hace mucho tiempo, sólo que mi corazón a veces  no entiende que ya entendí, perdóname Isabella- dijo Darío una vez más, desilusionado. -Darío... eres... eres tan lindo- dijo Isabella quien se acercó al chico y lo besó tiernamente. Darío había esperado ese momento desde el día en que conoció a Isabella, y sin embargo, no fue como lo esperaba, se sintió bien, pero en sus labios no había amor, no había magia, no había deseo. -Lo lamentó, no quería hacerlo, lamento de verdad ilusionarte, pero eso no debió haber pasado; sólo podemos ser amigos- dijo Isabella cuando sus labios se separaron de los del chico. -No te preocupes, entiendo. Te saludaré si te encuentro algún día por la calle, te felicitaré por tu cumpleaños y te enviaré una tarjeta de navidad; pero no me pidas que vaya a tu boda, al cumpleaños de tus hijos o a tu fiesta de aniversario, porque siempre estará en mi mente la idea de que aquel hombre con quien compartas tu vida pude haber sido yo- dijo secamente Darío poniéndose de pie dispuesto a marcharse. -No te vayas, quiero darte algo- dijo Isabella levantándose también y sacando una hoja de cuaderno de su bolso. - Perdón por deshacerme del cuaderno, creí que esto era lo realmente importante; se que debí habértelo devuelto pero, de cierto modo me gustaba verla. Gracias Darío, deseo de todo corazón que seas muy feliz- y diciendo esto Isabella entregó al chico la fotografía que él había perdido hace algunos meses, esa fotografía donde aparecían los dos, sonriendo. Esa fotografía, decorada por Darío con amor y romanticismo. Sin decir una palabra más la chica se marchó, y mientras Darío contemplaba con desconcierto la fotografía, Isabella desapareció del pasillo.


Sabiendo que no tenía nada más que hacer en la universidad, Darío dijo adiós a las aulas, los pasillos y jardines que guardaban un trozo de su vida. Y aun con la fotografía en mano se marchó, en la puerta de la universidad logró observar de lejos a Isabella por última vez, la chica iba de la mano de un joven mayor; segundos después el joven besó tiernamente a Isabella y doblaron la esquina. El chico no logró evitar sentir esa ligera sensasión de rabia y coraje que sentía cada vez que veía a Isabella con alguien más, para su fortuna, era la última vez que la sentiría. 

Ya más tranquilo, en camino al apartamento comenzó a pensar en sus deseos de triunfar, en sus planes por trabajar y en su sueño de pronto encontrar a la mujer indicada con quien compartir cada irrelevante segundo de su vida. "Pronto llegarás" pensó el chico antes de abrir la puerta del apartamento.

Sofía y Andrea platicaban tranquilamente en el sofá, ambas miraron a su amigo quien corrió a abrazarlas; por fin, después de tanto tiempo y aunque Sofía ya sabía, Andrea platicó con lujo de detalle lo que había sucedido con Luis. Sofía confesó la hermosa noche que había vivido con Fausto y Darío platicó su sueño con Corina y el adiós a Isabella.

Sin saberlo, los tres amigos acababan de cerrar un ciclo muy importante en sus vidas; y no me refiero a la universidad. Ese día, Darío, Andrea y Sofía por fin habían dicho adiós a sus incorrectos e imposibles amores de universidad...

...Esperen pronto el Desenlace de esta Historia...

martes, agosto 31, 2010

...Una Foto... Capítulo 26: Regresos

Una mudanza trae consigo nuevas esperanzas, nuevos planes, un nuevo comienzo...

Andrea desde muy temprana hora llegó al apartamento, su padre le ayudó a subir las numerosas cajas. Ahora era una mudanza definitiva. La chica sabía que su padre no estaba muy de acuerdo con esta decisión, pero después de discusiones y reclamos, accedió a apoyar a su hija en esta nueva etapa de su vida.

La chica estaba muy entusiasmada, después de un largo proceso de recuperación por el abandono de Luis regresaba al apartamento. Era un regreso importante en su vida, ya que pronto probaría lo mucho que había cambiado en esos meses y comenzaría a picar piedra en el mundo de la música, estaba decidida a triunfar, a ser alguien, a alcanzar sus sueños.

Comenzó a desempacar sin prisa, buscaba un lugar para cada objeto por insignificante que éste fuera, doblaba cuidadosamente su ropa y la metía a los cajones. Estaba emocionada. La mañana siguió avanzando, mientras sacaba las cajas ya vacías de su habitación  alguien tocó la puerta, bajó la caja que cargaba al suelo y creyendo que era Sofía, abrió sin antes preguntar quien era.

Un joven desaliñado, con el cabello largo, sin afeitar, muy flaco y pálido estaba del otro lado de la puerta.    -Puedo pasar, por favor- dijo Luis Alcázar implorando a la chica. Era completamente otro, había perdido todo su atractivo, se veía agotado, triste, débil. -Pasa- contestó secamente Andrea quien disimulaba su sorpresa.

La chica fingía ignorarlo, seguía acomodando sus pertenencias, por momentos hasta lo dejaba solo en la estancia. -Espero queno te moleste que viniera ¿Te llegó mi carta? - preguntó el chico para romper el hielo.   -La tiré a la basura- respondió Andrea mientras seguía con su mudanza.

-Andrea por favor, no me trates así, déjame explicarte- el chico parecía desesperado. -¿Explicarme? ¿Qué vas a explicarme? ¿Que me dejaste? ¿Qué me buscaste sólo para jugar conmigo? ¿Qué querías que me entregara a ti antes de que te marcharas? No hay nada que explicar Luis, todo está dicho- Andrea comenzó a subir el tono de su voz, estaba perdiendo la paciencia.

-Te amo Andrea, eso es lo que quiero explicarte, te amo, y regresé porque de nada me sirve cumplir mis sueños si no tengo con quien compartirlos- dijo Luis mientras tomaba el brazo de la chica. - ¡Vaya! Ahora si te importa tener alguien con quien compartirlos ¿Por qué nunca me dijiste que te marcharías?- preguntó Andrea soltándose del chico y bastante confundida. -No lo sabía, me informaron el mismo día del concierto, cuando tuve aquella cita en la disquera, traté de decírtelo, te busqué en el camerino, pero no pude hacerlo- Luis parecía débil, se sentó en el sofá.

Andrea no quería creerle, no quería recaer, sentía gran compasión por Luis Alcázar, tenía miedo de volver a amarlo. - ¿A qué regresaste? ¿Se terminó tu temporada de teatro y quieres recuperar lo que perdiste? Ya no te necesito- dijo Andrea intentando mostrarse bastante decidida.

-Renuncié, me di cuenta que nada valía la pena si no estaba junto a ti, a pesar de estar en la cúspide, me sentía más solo y vacío que nunca- Respondió Luis intentando acercarse un poco más a Andrea, quien ya había tomado asiento en el Sofá. -¡No te acerques! dime porque no volviste antes- imperó la chica alejándose hasta el otro extremo del Sofá. -Tuve muchos problemas, intenté olvidarte, perdí mi casa, enfermé, me demandaron por no cumplir el contrato y no podía salir de aquel país- respondió convencido Luis Alcázar. El joven cantante sabía que sus recursos se agotaban y no veía en Andrea ni una pizca de compasión.

Andrea ya no sabía que más decir, no tenía nada más que preguntar, solo pensaba en como detenerlo, quería que se fuera, más bien quería que Luis jamás hubiera regresado.

-¿Sabes que fue lo único que nunca vendí?- dijo Luis mientras sacaba de su bolsillo el dije en forma de nota musical y el brazalete que le había regalado a la chica. -Esto- Luis extendió su mano hasta Andrea, incitando a que la chica los tomara, lo perdonara y comenzaran juntos una nueva vida.

Por la mente de la chica pasó la idea de tomarlos y dejar todo atrás, pero otra parte de ella le impedía hacerlo. Después de un rato de mirarlos dijo.-No los quiuero Luis, no puedo. Me dejaste y sufrí muchísimo. Ahora soy una nueva mujer, el mundo se ha vuelto a iluminar para mi, ahora estoy lista para buscar mis sueños, puedo sentir que ahora estoy mucho mejor, el aire sopla de nuevo en mi cara. Recuperé mi felicidad y logré olvidarte.- La fuerza y determinación de Andrea había vuelto, y aunque sentía horrible no poder volver a amar a Luis, no podía desviar su camino.

-Andrea por favor, dejé todo por ti, déjame volver a tu vida, perdóname- Luis perdía poco a poco sus esperanzas. -Te perdono y ahora más que nunca te entiendo, ahora, voy a luchar por mis sueños y haré lo imposible por cumplirlos, así como tu lo hiciste- contestó Andrea irónicamente.

-Siempre serás la mujer de mi vida, quien le de letra y música a mis canciones, nunca nadie ocupará tu lugar y te amaré hasta que de mi último respiro - confesó Luis mientras se ponía de pie dispuesto a marcharse.       -Tu también serás irremplazable, gracias por enseñarme que algunos artistas no podemos darnos el lujo de enamorarnos- contestó Andrea dudando si debió hacerlo y sintiendo dolor en cada una de sus palabras.

-¿Es tu última palabra?- preguntó Luis mientras se acercaba a la puerta. -Así es, intenta vivir tus sueños que  yo viviré los míos- respondió Andrea mientras miraba por la ventana, sabía que si miraba una vez más los ojos de Luis se arrepentiría y correría a sus brazos.

Se escuchó el cerrar de la puerta, Andrea rompió en llanto, por fin se quitó la máscara aun no había podido olvidarlo, lo seguía amando; por otra parte seguía creyendo que si volvía con Luis creía habría un retroceso en su vida, y la nueva Andrea solo miraba al frente.

Las lágrimas siguieron saliendo de sus ojos por varios minutos, aun no entendía completamente la razón exacta de porque había rechazado a Luis, lo que si entendía es que de ahora en adelante todo debía ser bueno; mejor.

Secó sus lágrimas y continuó con la mudanza, pensaba que era la primera vez que no seguía  a su corazón. Andrea jamás había dejado de seguir a su corazón. Se derrummbó,  y sin que le importara traicionar a la nueva Andrea, se arrepintió, amaba a Luis y debía seguir sus sentimientos por sobre todas las cosas.

Tomó sus llaves y salió corriendo, se detuvo justo en frente del edificio. No tenía la mínima idea de en donde podía encontrar a Luis. Corrió unas cuantas calles intentando encontrarlo. Luis no estaba. Se había ido.

Desilusionada y muy agitada de tanto correr, Andrea regresó al apartamento. Ese día comenzaba su nueva vida, debía seguir su curso. Terminó de acomodar sus pertenencias, aun pensaba en Luis. Se sirvió un café caliente y se sentó en el sofá viendo hacía la ventana, deseando que Luis apareciera doblando la esquina.

Pero Luis Alcázar jamás doblaría esa esquina de nuevo.

... Esperen pronto el Desenlace de esta historia...