viernes, diciembre 31, 2010

Memorias de Portarretrato... Capítulo 2: Tiempo.

Es curioso esto de el tiempo... las manecillas inmortales avanzan al compás de los segundos... Las vidas de las personas cambian al compás de las manecillas... un minuto, una hora, un día, una semana, un mes, un año... 18 años... el tiempo, hace la diferencia...

Eva acababa de despertar, a pesar del tiempo seguía idéntica, era una bella mujer, de fuerte carácter y explosiva personalidad. Cuando conoció a Darío jamás pensó que sería su esposa, curiosamente, cuando se convirtió en su esposa, jamás pensó que se separarían. Pero así era ahora, tenían dos hijos en común, pero cada uno seguía su camino por separado. Se dirigió a la cocina y sirvió dos tazas de café, hacía mucho que no tenía una noche como esa. Su cabeza punzaba fuertemente. Había bebido mucho alcohol. Iba de regreso a su habitación cuando reaccionó, ese día regresaban sus hijos de sus vacaciones con su padre. El reloj marcaba las 10 de la mañana, el avión de los chicos estaba planeado llegara 2 horas antes. "Por favor que se haya retrasado" pensó Eva mientras corría a su habitación. Despertó al hombre que dormía semidesnudo en su cama, aquella cama donde alguna vez durmió Darío. -Patrick, tienes que irte, debo ir a buscar a mis hijos al aeropuerto, su vuelo llegó hace casi dos horas- dijo Eva mientras se vestía rápidamente. -No te preocupes Eva, los vuelos siempre se retrasan- dijo Patrick mientras buscaba su ropa en el suelo, tenía un peculiar acento, sus rasgos europeos eran evidentes pero dominaba perfecto el idioma español. -Puede ser Patrick pero tal vez no tengo tanta suerte, debo irme ¡Vamos!- dijo Eva empujando a Patrick a la puerta mientras él apenas se abotonaba la camisa.

Justo cuando Eva abrió la puerta llegaron Ricardo y Leonel, con sus maletas, en un taxi. Los chicos bajaron y se sorprendieron al encontrar a un hombre con la camisa medio abotonada en su casa.

-¡Quién es usted!- gritó Ricardo a Patrick bastante enojado. -Déjame presentar...- Ricardo no permitió que Patrick dejara de hablar y gritó -pensándolo bien, no me interesa ¡LARGO!-

Eva incitó a Patrick a salir de la casa prometiéndole le llamaría después. El silencio fue el único protagonista por varios minutos. -Es Patrick, nos conocemos hace un año, anoche me propuso matrimonio...- dijo Eva quien se vio interrumpida por Ricardo. -Perfecto, espero que esa boda sea muy pronto, ya no me sentiré culpable si te dejo para vivir con mi papá- dijo el chico mientras subía las escaleras rojo de ira, enojado con su madre. Eva lo siguió, tocó la puerta de su habitación. Ricardo no contestó...

Para sorpresa de Luis y Andrea su hija Aurora estaba muy deprimida. Casi no salía de su habitación y no comía. Era extraño ver a la chica así, tan triste y silenciosa. Una tarde, Luis entró a la habitación de Aurora, quien estaba acostada, escuchando música. -Aurora ¿Podemos hablar?- dijo Luis mientras bajaba el sonido de la música. -¿Qué pasa?- dijo la chica molesta. -Se que estás enfadada, eres una triunfadora, y como tal, generalmente las cosas salen como deseas. Pero ahora no fue así- dijo Luis a Aurora en tono comprensivo. -Papá, no es momento de una plática motivacional- dijo Aurora levantándose de la cama.-No vengo a motivarte. Aurora, quiero ayudarte, quiero que seas feliz, estudiando donde quieres. No va a ser sencillo, y tendrás que buscar un trabajo, yo utilizaré algunos ahorros y podrás entrar a la academia- dijo Luis esperando que a Aurora le agradara la idea. -Gracias papá, te amo- dijo la chica abrazando a Luis fuertemente...

La nueva oficina de Sofía estaba abarrotada de papeles y pendientes por terminar. Las cosas aun no tomaban su curso, aun se sentía la ausencia de Franco. Sofía aun dudaba si había tomado la decisión correcta, dudaba si debía estar al lado de Franco, en casa. Su computadora la despertó de aquellos pensamientos notificándole que acababa de recibir un correo electrónico, era de su hija Carolina, éste decía:

"Mamá:

Cada vez que hay una noticia importante en la familia, organizas un exquisito almuerzo el domingo por la mañana.

Me encantaría dar la noticia de mi compromiso este sábado, se que estás muy ocupada, por eso decidí decírtelo por este medio, espero me puedas ayudar a preparar ese delicioso pastel que le encanta a mi papá. Puedes invitar a la abuela.

Estoy muy contenta mamá,

te quiere Carolina."

Con tanto trabajo Sofía casi olvidaba que su hija pronto se casaría. Aunque la noticia no le molestaba, aun no la asimilaba. Tenía un presentimiento de madre. Tomó su teléfono móvil y llamó a Flora.

-Flora habla Sofía, quiero verte, ¿Puedes hoy a las 7 en el café de la Plaza?- dijo Sofía al teléfono. -Claro que puedo, pero dime, ¿Qué es tan urgente?- preguntó Flora desconcertada por la llamada. -Sucede que tu hijo le propuso matrimonio a mi hija. Te veo en un rato- dijo Sofía terminando la llamada.

Esa misma tarde Andrea limpiaba las gavetas de su buró. Había montones de papeles ahí. Casualmente, encontró unos análisis de laboratorio. Los leyó detenidamente y los apretó fuertemente en su mano. Salió rápidamente de la habitación y corrió al estudio, donde se encontraba Luis trabajando. -¿Me puedes decir por qué guardas esto?- preguntó Andrea exaltada. -Andrea, son sólo unos análisis- dijo Luis tratando de tranquilizarla. -Unos análisis que indican que eres estéril ¿Qué pasaría si Aurora los encuentra?- dijo Andrea aun nerviosa. -Tienes razón, perdóname, no pensé en ello- se disculpó Luis. -Tenemos que deshacernos de esto- dijo Andrea arrugando aun más los análisis. -Si es lo que quieres, adelante, pero no podemos ocultarle la verdad a Aurora por siempre, algún día tiene que saber quien es su padre- dijo Luis a Andrea abrazándola suavemente. -Pero Luis... Tú... Tu eres su único padre- dijo Andrea mostrando debilidad en su voz. -Yo sé que para ti así es. Pero ella tiene derecho a conocer a su padre biológico, y él tiene derecho a saber que tiene una hija- dijo Luis en tono comprensivo. -Aun no estoy lista para la verdad- dijo Andrea mientras abrazaba fuertemente a Luis...

Flora llegó puntual al Café de la Plaza, sabía que Sofía estaba preocupada, lo notaba en el tono de su voz. Tenían años de conocerse, desde la universidad para ser precisos. Flora se casó con Paulo, y su matrimonio dio dos hermosos frutos, Greta y Alberto, quien era novio, ahora prometido de Carolina.
- Perdón por llegar tarde, estos días he tenido muchos pendientes en la agencia- dijo Sofía cuando llegó a la cafetería, media hora después de lo acordado.
-No te preocupes Sofía, mejor cuéntame ¿Qué sucede?- dijo Flora tan dulce como siempre. - La noticia me cayó como balde de agua helada. Carolina, mi hija, casada tan joven, no me lo esperaba, ¿Tu lo sabías verdad Flora?- dijo Sofía sincerándose. -Alberto me cuenta todo y entiendo como te sientes, pero conozco a mi hijo, se que está enamorado, se también que hará muy feliz a tu hija, y tu sabes más que nadie que cuando uno está enamorado hace hasta lo imposible por estar al lado de su amor- dijo Flora en un tono amigable. Flora siempre tenía las palabras ideales para alentar a sus amigos. -Son tan sólo unos niños ¿Y si su matrimonio no funciona?- dijo Sofía en un tono resignado. -Es un riesgo que ellos deben tomar, tienen que vivirlo para saberlo, lo importante es que ahora se aman, Alberto ama mucho a Carolina, créeme, sino no hubiera dado este paso- dijo Flora a su amiga en tono amigable. -Tengo un mal presentimiento- confesó Sofía a Flora. -Lo que tenga que pasar pasará, disfruta a tu hija en esta etapa de preparativos y no pienses en cosas negativas- recomendó Flora a su amiga...

Después de una hora, Flora y Sofía salieron del café. Cuando Flora llegó a casa la recibió Alberto con muchas preguntas. -Mamá, me dijo Greta que fuiste a ver a la señora Sofía, ¿Qué quería? ¿Hablaron de mí? ¿Le dijiste la verdad?- preguntó el chico bastante nervioso. -Calma Alberto, calma. Quería saber que pensaba de la boda, por supuesto le dije que la aprobaba. Si, hablamos de ti y de tus buenas intenciones con Caro. Y no, te hice una promesa y no le dije la verdad a Sofía, pero espero Carolina lo haga pronto- explicó Flora a su hijo. -Gracias Mamá, acabo de hablar con Carolina y ya se decidió, le dirá todo a sus padres el domingo- explicó Alberto a su madre. -Buena decisión, la verdad siempre sale a la luz, es mejor que lo sepan por ella y no por el tiempo- dijo Flora a su hijo mientras le acariciaba la mejilla...

Ricardo aun seguía muy enfadado con su madre. Con quien no había hablado desde en la mañana. El teléfono sonó una vez... Otra más... Ricardo no contestó, le daba rabia pensar que podría ser el tal Patrick. El teléfono dejó de sonar. Se quedó mirando el techo, realmente quería vivir con su papá, era su confidente, su compañero, su mejor amigo. Alguien tocó la puerta débilmente. -Ricardo, ábreme, hay malas noticias- dijo Eva del otro lado, apenas podía hablar. Ricardo abrió la puerta y miró a su madre. -Acabo de hablar con tu tío y... Tenemos que empacar, tu abuela está muy grave, creen que morirá pronto, quiero despedirme de ella- dijo Eva mientras una triste y débil lágrima escurría por su rostro. Ricardo abrazó a su madre.
-Tranquila mamá, todo estará bien, vamos, te ayudaré a empacar tus cosas- dijo Ricardo mientras tomaba de la mano a su madre y besaba su mejilla mientras caminaban a su habitación...
Al día siguiente la alarma sonó a las 6 de la mañana, Darío despertó sin ánimos, extrañando a sus hijos, de quienes el tiempo se había llevado su niñez. Sofía poco a poco se resignaba a la idea del matrimonio de Carolina y aunque tenía miedo de perder a su hija, el tiempo le daría la respuesta. Andrea estaba en una difícil situación, sabía que su hija ya era una mujer y que tenía que decirle la verdad; por otro lado deseaba regresar el tiempo a  los años donde Aurora bailaba ballet con un grupo de el jardín de niños, sin complicaciones, sin secretos...
 
Es curioso esto de el tiempo, realmente impresionante e inesperada es la manera con la que ha jugado con las vidas de Andrea, Darío y Sofía, y lo más intrigante de esto es que seguiría jugando con ellas un poco más...

No hay comentarios:

Publicar un comentario