sábado, enero 29, 2011

Memorias de Portarretrato... Capítulo 5: Inexplicablemente

Inexplicablemente todo había cambiado desde aquel día...

Flora y Sofía estaban realmente emocionadas con la llegada de su nieto. Unas semanas después de aquella plática en la oficina de Sofía, Flora, Paulo y Alberto fueron formalmente a pedir la mano de Carolina. Fue una emotiva y elegante cena. La fecha de la boda se acercaba cada vez más, a la vez, el vientre de Carolina mostraba la inminente llegada de el nuevo miembro de ambas familias, que desde ahora, serían como una sola...

Para Darío una pequeña llama se había encendido dentro de él; no sabia si era amor, pasión, reconciliación o simple gusto. Pasados once días de la muerte de su madre, Eva aun seguía en el país, así que, en un arrebato emocional y pensando lo mejor para sus hijos, su padre y sus hermanos, decidió ir a Milán, empacar, vender su casa, dejar el trabajo, y regresar al país; a estar cerca de su familia, de su padre; y a la vez, que Ricardo y Leonel convivieran más con Darío. Curiosamente, un par de números adelante de la casa de Darío, acababan de construir unos modernos y espaciosos apartamentos, Eva no dudo ni un segundo; con el dinero de la venta de la casa de Milán, compró uno de esos departamentos...

Para Andrea las cosas no iban tan bien; a pesar de que había decidido guardar el secreto de el origen de Aurora un poco más, la angustia era permanente. La falta de trabajo y la "Cuota de recuperación" pagada en la Academia habían comenzado a afectar en la economía familiar. No obstante, tanto Luis como Andrea hacían su mayor esfuerzo por salir adelante. Curiosamente, Luis había desarrollado un peculiar gusto por asistir clandestinamente al casino, creía firmemente en su suerte y en lo que ésta le ayudaba a generar más dinero, y para su fortuna así era, por ahora los juegos de azar estaban de su lado...

Inexplicablemente todos habían tomado rumbos distintos desde aquel día...

La universidad... Aquella universidad que había albergado hace ya algunos años a Darío, Sofía y Andrea tenía nuevos estudiantes, entre ellos Ricardo quien decidió estudiar la misma carrera que su padre; Fotografía. Natalia también asistía, la chica había elegido Arquitectura y Decoración. Forzado por sus padres y guiado por su pasión, Miguel decidió iniciar sus estudios universitarios en Música. Al enterarse de ello, Greta pensó que si estudiaba en la misma universidad que el chico, podría acercarse más a él; así que la chica optó por estudiar Periodismo.

Carolina había tenido ya un par de desmayos; debido al riesgo había dejado la universidad a tan solo un año de terminar sus estudios en diseño de modas, por si fuera poco, la boda cada vez estaba más cerca, y aun faltaban muchas cosas que preparar. A su vez, el pobre de Alberto estaba saturado; la universidad lo absorbía casi totalmente, y preparar una boda no era nada sencillo.

Para Sofía las cosas iban tomando su curso en la agencia; ser presidenta era complicado, pero poco a poco se iba adaptando a sus nuevas ocupaciones.

La relación de Darío con Eva se volvió maravillosa; ahora estaban más unidos, como antes, incluso para Darío mejor que antes, todo iba realmente bien...

Aurora comenzaba a preocuparse, su madre comenzaba a tener esa característica cara de angustia más seguido, y su padre se ausentaba largas horas al día. Debía conseguir un trabajo lo más pronto posible.

Inexplicablemente habían pasado dos meses desde la muerte de la madre de Eva...

Sofía revisaba su agenda, la agenda que Franco llevaba hasta hace unos meses; una cita aparecía programada para dentro de dos días; era un hecho que su marido la había programado mientras él era presidente. Sofía nunca se había percatado de aquella anotación, y cuando leyó el nombre que aparecía escrito se sorprendió fuertemente y deseó que fuera una infortunada coincidencia; estaba ansiosa por saber si se trataba de la misma persona, después de tantos años, le generaba mucha curiosidad, la cual no se saciaría hasta dentro de dos días...

Como resultado de su constante preocupación, Aurora perdía fácilmente la concentración en sus clases; por primera vez algo no relacionado con el baile ocupaba la mayoría de sus pensamientos. Al final de la clase de Ballet Contemporáneo su profesora se acercó a ella. -Llevas varias clases cometiendo bastantes errores, te siento desconectada, ¿tienes algún problema Aurora?- preguntó la profesora suavemente. El tono de voz de la maestra inspiró confianza en la chica, pero no la suficiente. -Gracias por preocuparse maestra, son problemas personales, pero mis padres y yo sabremos como solucionarlo- dijo Aurora sin intención de dar más información. -Andrea y Luis, son tus padres ¿Cierto? Los conocí cuando tenía tu edad, trabajé con ellos- dijo la profesora tratando de crear un ambiente de confianza con Aurora, quien solamente asintió con la cabeza y siguió acomodando su maleta. -He escuchado que buscas trabajo- afirmo la profesora después de unos minutos cuando Aurora estaba por salir del aula. La chica fingió no haber escuchado y siguió su camino hacia la puerta. -Tengo un empleo que quizá pueda interesarte, llámame si te interesa- ofreció la maestra de una manera muy tentadora, al mismo tiempo que extendía en su mano con una tarjeta con su número telefónico. -Gracias maestra Bianca- dijo Aurora al tiempo que tomaba la tarjeta en su mano y abandonaba el salón de clases...

Desde que comenzaron las clases en la universidad era usual encontrar a Ricardo, Miguel, Greta y Natalia juntos. Se conocían desde que eran niños y ahora, comenzaban a frecuentarse más seguido.
-¿Cómo van tus clases Miguel?- preguntó Greta interesada al tiempo que encendía su cigarrillo. Para su mala suerte el chico no había escuchado la pregunta ya que platicaba amenamente con Ricardo sobre su banda.   -Por Dios Greta es demasiado temprano para fumar ¿No crees?- dijo Miguel en tono de broma cuando se percató de que su amiga fumaba. Greta soltó una risita nerviosa y se sonrojó bastante.
-Y tu Natalia, deja ese libro, platica con nosotros- dijo Miguel a su hermana mientras le despeinaba un poco el cabello. -Créeme Miguel, estoy escuchando todo, y mi libro es diez mil veces más interesante que tu banda y el tabaco de Greta- dijo Natalia noble y sarcástica a la vez, todos rieron.
Nadie había notado que una chica se acercaba. -Greta ¿Encendedor?- preguntó la chica, quien tenía un cigarro en la mano. Era hermosa, alta y de tez muy blanca, largo y lacio cabello negro azabache y unos cautivadores ojos verdes, además de un seductor tono en su voz. Sin decir una palabra Greta sacó un encendedor de su bolso y se lo entregó a la chica , quien prendió su cigarro y se marchó. -Vaya Greta, es hermosa ¿Cómo se llama?- preguntó Ricardo bastante impresionado por aquella chica. -Olvídalo "Ricky", vuela muy alto. Se llama Monserrat, es una compañera de clase- contestó Greta sin dar mucha importancia. -¡Debes presentármela!- dijo Ricardo bastante entusiasmado. -Veremos- respondió Greta haciéndose la interesante...

Contrario a las indicaciones de el médico y a pesar haber estado en cama un par de días antes, Carolina se puso en pie para continuar con los preparativos de la boda. Estaba algo débil, pero nada que no pudiera controlar. Esa tarde debía ir a la boutique de novias a probar su vestido. Flora y Natalia la acompañarían. La boutique se encontraba en la parte más alta de un antiguo edificio en el centro de la ciudad. El elevador no funcionaba. Tuvieron que subir escaleras, bastantes. Ya cuando habían subido gran parte de el largo trayecto Carolina tomó de la mano a su hermana Natalia, y con un simple y desgastado "Ya... ya no puedo", Carolina de desvaneció...

Inexplicablemente Darío sintió la necesidad de hacer algo; algo que podría cambiar su vida de ahora en adelante, incluso mejorarla, así decididamente, salió de su estudio ...

Inexplicablemente Eva tenía ya un presentimiento de que aquello podía suceder, y finalmente sucedió.... Alguien tocaba la puerta, abrió y se encontró con Darío, un ramo de flores y una botella de vino. -Hola Eva- dijo Darío y aclaró la garganta. -¿Te... te gustaría hablar acerca de la remota posibilidad de darnos una segunda oportunidad?- preguntó Darío con su singular tono de seguridad y nerviosismo a la vez. Eva lo miró fijamente, como petrificada -Vaya- suspiró Eva mostrando cierto descontrol. -Verás, no creo que sea el momento indicado para hablar; Patrick está por llegar, hace casi una hora me avisó que estaba en el aeropuerto- explicó Eva con cierto tono de vergüenza. -¡Oh! Ya veo... Disculpa... quédate las flores, creo que yo necesitaré esto- dijo Darío meneando la botella de vino y dando pasos hacia atrás. -De verdad Darío, lo siento- dijo Eva sinceramente; sentía mucha pena. Darío no dijo nada más y desapareció de la puerta...

Inexplicablemente Darío sufrió una decepción, como hace años no la sufría... Inexplicablemente la esperanza se había ido...

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